Nickname branding o branding de apodos
Me dice Fran Torreblanca, que me conoce bien, que el tema del programa de hoy me va a gustar y mucho.

Marketing con Fran Torreblanca
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Villena
Nickname branding o branding de apodos, algo súper chulo que tiene impacto en cómo percibimos una marca. Por ejemplo, ¿cómo dirías que se apodan los amantes de un rolex? (rollies)
¿y de BMW? (beemers)
Muy curioso, pero ¿beneficia o perjudica a una marca?
A priori, los expertos en marketing consideran que estos apodos son una oportunidad para conectar de manera más cercana con su público. Pero el concepto de “nickname branding” puede tener consecuencias inesperadas.
Esto puede parecer un dilema, porque usar apodos puede parecer efectivo para humanizar una marca y hacerla más accesible
Eso es lo que diría la teoría, pues al parecer más cercano, el consumidor se puede sentir más atraído a interactuar y comprar. Sin embargo, estudios actuales detectan que esta estrategia puede disminuir la percepción de la autoridad de la marca y eso puede ser negativo. “Rollies” o “beemers”, dicho tan informal, puede restar valor percibido a la marca
Por un lado son elementos de cercanía, pero por otro le pueden quitar cierto status cualitativo a la marca. Así que hay que ir con cuidado.
BMW es poderoso, pero “beemer” no lo es. Rolex es poderoso, pero “rollie” no lo es.
¿Es mejor evitar apodos que puedan minimizar la fuerza de la marca?
Aunque la intención de los apodos es fortalecer la relación de cercanía y apego entre el consumidor y la marca, es fundamental evaluar si esta estrategia realmente aporta valor. La clave, como siempre, está en encontrar un equilibrio entre el vínculo con el público y el posicionamiento (status) que caracteriza a una marca exitosa.
Vamos a ver algún ejemplo más de marcas conocidas que cuenten con este tipo de apodos
Crevrolet está asociado a “Chevyes”, Cadillac está asociado a “Caddyes” y Starbucks a “Starbies”.
Normalmente, estos apodos suelen venir de los propios consumidores, en un acto de cariño o cercanía por la marca. Pero también, en ocasiones, de los propios empleados. Unos son el cliente externo y los otros el cliente interno.
¿Cuál sería el consejo a tener en cuenta?
En esencia, que cuando los consumidores usan el apodo de una marca, este se percibe como genuino y cariñoso, lo que beneficia a la marca. En otras palabras, no es necesario impedir que los consumidores usen esos apodos. De hecho, es muy complicado y contraproducente decirle al consumidor que no lo use. Pero para mantener una posición de poder, es necesario evitar adoptarlos desde la propia marca.
Para finalizar, ejemplo de marca en el que sí resulta beneficioso en todos los sentidos
Un gran ejemplo es el de una plataforma social que os invitamos a seguir y a participar de ella. Se trata de Teaming, que es una plataforma de microdonaciones. Sus usuarios se denominan como “teamers” y, en este caso, por su componente social y sin ánimo de lucro, la conveniencia de esta etiqueta o apodo es total.
Ahí podréis encontrar "El Reto de EMMA" y ya que estáis, colaborad.




