Desviar el barranco del Poyo al Túria requeriría aumentar la capacidad del nuevo cauce, según los expertos

El nuevo cauce del río Túria, que desemboca en la ciudad de València, necesitará aumentar su capacidad si se decide encauzar hacia allí el barranco del Poyo para evitar futuras inundaciones en L'Horta Sud.

Este río, el Túria, que se desvió de su cauce histórico por el centro de la capital en los años 60 y 70, tras las inundaciones de 1957, aguantó bien la riada del 29 de octubre. Pese a los temores de los bomberos, los expertos en hidráulica confirman que ese día quedó lejos de su capacidad total. Tampoco influirá el encauzamiento hacia ese río del barranco de La Saleta, que fue el que arrasó localidades como Aldaia, pero sí que necesitará de una actuación integral si se encauza hacia esa parte el barranco del Poyo.

En todo caso, los expertos coinciden en que son actuaciones técnicamente viables y no muy caras, así que solo falta que las instituciones se pongan de acuerdo.

En la SER hemos hablado con Félix Francés, catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universitat Politècnica de València y con Francisco Vallés, investigador del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de esta misma universidad. Ambos coinciden en que los datos disponibles confirman que el río Túria quedó lejos de su desbordamiento el 29 de octubre.

El caudal máximo que puede soportar el río está ahora mismo en unos 4.200 metros cúbicos de agua por segundo y los datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar apuntan a que el 29 de octubre no superó los 2.500. Los bomberos de València llegaron a temer que se desbordar aunque Francisco Vallés explica que en los últimos metros del encauzamiento es donde más agua cabe.

Tanto Vallés como Félix Francés confirman que, con esta capacidad del Túria, se puede encauzar el barranco de La Saleta sin problema. Este es el primer proyecto de encauzamiento de barrancos que se presenta por parte de la Confederación y ha generado un conflicto entre el Ayuntamiento de València, que teme que llevar el agua de la Saleta hacia el Túria aumente el peligro de desbordamiento; y el consistorio de Aldaia, que acusa a la capital de obstaculizar este proyecto.

Sin embargo, los expertos aseguran que València puede estar tranquila porque el caudal máximo que se va a encauzar es de 100 metros cúbicos de agua, lo que no representa ni el 2% de la capacidad máxima del agua. Eso sí, Francés alerta de que el proyecto actual tiene un problema fundamental: la Confederación ha propuesto que el encauzamiento se realice, durante siete kilómetros, bajo tierra, y eso es muy peligroso porque, dice, el agua no se ve correr y puede dar "sensación de falsa seguridad".

Un soterramiento de la Saleta, por cierto, avalado por los técnicos de la CHJ y reivindicado por los vecinos y vecinas de Aldaia. Francisco Vallés, por su parte, coincide en que soterrar el barranco no es la mejor opción, aunque también cree que encauzar La Saleta es muy necesario.

Una vez encauzada La Saleta queda el otro gran proyecto hidráulico: el encauzamiento del barranco del Poyo para evitar inundaciones como las del 29 de octubre en L'Horta Sud. Sin embargo, este proyecto sí que requerirá aumentar la capacidad del río Túria.

Félix Francés, uno de los investigadores que más ha estudiado la rambla del Poyo o el barranco de Chiva, explica que la solución más viable sería derivar el barranco del Poyo en el nuevo cauce del río Túria, pero eso podría aumentar en mil metros cúbicos el caudal, por lo que habría que aumentar su capacidad. Eso sí: asegura que es viable y no sería una obra muy cara.

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