30 años de teatro valenciano

València

Las compañías valencianas Arden Producciones, Albena Teatre, Hongaresa Teatre y Companya Teatre Micalet, que conmemoran este año la celebración de 30 años sobre el escenario, se unen para recordar los viejos tiempos, de dónde vienen y la situación actual.

Juan Carlos Garés, cofundador de Arden Producciones, habla del contexto de la década de los 90, cuando decidieron montar la compañía. Garés recuerda que hubo una eclosión cuando varias actrices y actores se juntaron con poca estructura para trabajar y la necesidades de hacer y trabajar en lo que querían.

Lola López, de Hongaresa Teatre, asegura que se juntaron el ímpetu vital del momento y la necesidad de crear todo. Recién llegada de Inglaterra, recuerda cuando desde Moma Teatre se aglutinaba todo. Lola también ha hecho una distinción entre las compañías que tienen sede fija y las que no. Y es que Micalet y Arden apostaron por abrir sus propios espacios donde programan producciones propias y de otras compañías valencianas.

Pilar Almería, cofundadora de la Companyia Teatre Micalet, asegura que vieron la necesidad de un espacio propio, pues no había, ni hay, ayudas que contemplen la diversidad de los proyectos. De hecho, el proyecto del Micalet no es de un teatro programador, tiene producción propia y también programan compañías de fuera.

Por su parte, Carles Alberola recuerda que Albena Teatre fue fundada en noviembre de 1994, junto a Toni Benavent. Ambos venían del teatro amateur. Es la primera generación que profesionalmente se ha mantenido durante muchos años. Alberola reconoce que todo lo que han hecho viene del amor profundo por el teatro y de la necesidad por hacer y vivir del teatro. Y sobre el panorama actual, asegura que es el reflejo de la sociedad en que vivimos y que a día de hoy han podido sobrevivir.

Los cuatro invitados han recordado que a mitad de los 90 estaba todo a medio hacer, empezaban las casas de cultura y se comenzaba a dar a la cultura el espacio que se merecía. Ahora se están deteriorando los espacios teatrales y no hay una apuesta fuerte y un amor por la cultura tan grande como en Francia o Inglaterra. Allí se favorece que el teatro sea un lugar de prestigio y reputado, con sueldos mínimos y un paro cuando no trabajan en proyectos concretos. En definitiva, condiciones dignas.

Los cuatro analizan que ninguno se ha hecho rico con el teatro, pero han conseguido que determinadas compañías, actores y actrices tengan un público. ¿Qué habría pasado si hubiera habido un refuerzo institucional? ¿Por qué no hacen una apuesta clara? A pesar de todo, echan de menos el respeto por la cultura y por el creador. Cargan contra el gobierno actual por la falta de reconocimiento y atención que viven cada día.

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