El Servigroup Hoteles Benidorm cae en casa y se encomienda a un milagro

Con cuatro puntos todavía por disputarse y con la salvación a dos de distancia, la derrota del Servigroup Hoteles Benidorm en casa ante Torrelavega ha dejado a los de Marko Krivocapic sin opción alguna de error y, sobre todo, dependiendo de varias carambolas que, en forma de tropiezos, puedan dar sus rivales directos, ante los que tiene perdida la diferencia de goles en su inmensa mayoría. Hay vida, sí; pero cada vez menos y cada vez parece más apremiante que el proyecto de club, ya no sólo el del primer equipo, se someta a un replanteamiento muy profundo.

Como siempre que hay tantísimo en juego por los dos lados, el partido arrancó feo, con dos equipos que han demostrado, a lo largo de todo el año, ser capaces de proponer un balonmano mucho más vistoso y atractivo de lo que se estaba viendo en esos minutos iniciales; pero que parecían tener miedo de desplegar demasiados artificios por si aquello se les volvía en contra.

Como un péndulo, los ataques se iban resolviendo sin excesiva brillantez de un lado y otro y el marcador se mantenía con guarismos muy bajos debido, sobre todo, a esa pesadez que, llegados ya a la antepenúltima jornada de la Liga Asobal, también se deja notar ya en piernas y brazos de unos y otros.

El Servigroup Hoteles Benidorm fue el primero en atravesar su particular crisis, con varias pérdidas de balón seguidas que propiciaron una renta de tres goles para el Torrelavega, provocando el tiempo muerto de Marko Krivocapic.

El tono del partido, en cualquier caso, no cambió en exceso aunque mediada la primera mitad fueron los cántabros los que vieron desarbolados varios ataques seguidos por el buen papel de Roberto Domenech volviendo a meter al Servigroup Hoteles Benidorm en el partido e, incluso, contar con ligeras ventajas.

Ese buen momento estuvo seguido de otro apagón de juego tanto en la cancha como en la portería local, lo que Krivocapic intentó solucionar dando entrada al polaco Witkowski y a Nacho Valles, hasta entonces casi inédito.

Ni con esas se revirtió el panorama, recurriendo entonces el técnico local al juego sin portero para, de esa manera, volver a entrar en un partido que, con cuatro goles abajo, se le había puesto muy cuesta arriba a un Servigroup Hoteles Benidorm que llegó al descanso con un marcador de 14-18 abajo.

Una diferencia de cuatro goles que, tras la reanudación, el Servigroup Hoteles Benidorm no fue capaz de ir recortando más que en expresiones mínimas que el Torrelavega no sufría demasiado en neutralizar casi de inmediato.

Y así se entró en el tramo final y decisivo del choque, en sus últimos quince minutos, con un marcador de 22-25 que no daba otra opción que protagonizar una remontada que se antojaba más un milagro que algo plausible.

Y aunque la reacción se produjo, llegando a situarse a sólo un gol de los cántabros (25-26), un nuevo acelerón visitante acabó con los sueños de un abarrotado Palau d’Esports que, poco a poco, se resigna a la idea de despedirse de la Liga Asobal tras más de una década en la máxima categoría tras una dolorosa derrota por 27-33.