Sardinas en el monte y ratas (‘accidentales’) en el mar: ni una cosa ni otra, ni tanto ni tan calvo

Alicante

Es verdad que no hay que sacar las cosas de quicio, pero vivimos en una sociedad de impactos visuales y las ratas flotando en el mar, en la zona de Cocó, son llamativas -podía haber empleado otros adjetivos, lo sé- y han sido exhibidas no solo por los medios locales, sino también por televisiones de ámbito nacional.

También es curioso cómo los políticos en el poder relativizan la importancia de las cosas, pero cuando estaban en la oposición y con el tripartito aparecieron varias ratas en el centro histórico, entonces "la ciudad esta infestada de roedores".

Ni una cosa ni otra, ni tanto ni tan calvo. En cualquier caso, sea un hecho aislado o episódico, no son imágenes agradables. Este es un terreno abonado para la exageración, para quienes cuando aparecen estos bichitos siempre hablan de plagas o de invasiones. Una pregunta en este sentido: en Benidorm, que cuidan sus playas con esmero, que sufren los ataques de la prensa sensacionalista británica -con poco éxito, todo hay que decirlo-, ¿se permitirían situaciones 'accidentales' parecidas?

Tampoco se trata de culpar a nadie y menos a los operadores de infraestructuras o a los que llevan a cabo las desratizaciones, pero sí de extremar al máximo el cuidado de un litoral que es uno de nuestros principales reclamos.

Alicante le debe un homenaje a José Manuel Varó, pero no dentro de unos años, ya