“Viñas y Relatos”, con el enólogo y narrador Rafael Poveda: El arte de elegir el vino perfecto para cada ocasión

Elda

Hoy, en “Viñas y relatos” nos adentramos en una escena muy especial: el brindis o vino de honor, ese momento de encuentro y celebración que suele acompañar a actos como la presentación de un libro, el inicio de unas fiestas patronales o el pregón de los Moros y Cristianos. Pero, ¿qué tipo de vino es el más adecuado para este tipo de eventos? ¿Cómo influye el contexto, la hora del día o incluso el simbolismo del acto? A estas preguntas responde Rafa Poveda, enólogo, historiador, y muchas cosas más, que sabe cómo unir protocolo y paladar en una copa.

Para comenzar, Poveda plantea una regla básica pero esencial: “Cava o vino blanco sin comida, o con un picoteo mínimo”. En los actos más formales o institucionales donde el vino es el protagonista simbólico más que gastronómico, optar por un cava seco o un blanco fresco permite mantener la elegancia y evitar que el vino eclipse al acto en sí. “Este tipo de bebida ligera y festiva es ideal para brindar cuando no hay una comida consistente. Acompañado, como mucho, de unas almendras, unas aceitunas o algún canapé sencillo”, puntualiza.

Sin embargo, el experto aclara que si el evento incluye una oferta gastronómica más generosa, el panorama cambia: “Si hay bastante comida, incluso pinchitos calientes, se puede usar vino tinto”. En este contexto, Poveda aconseja elegir un tinto joven y no excesivamente complejo, que armonice con los sabores pero no los domine. Entre las opciones más versátiles, el vino rosado se gana un lugar especial. “También va muy bien el vino rosado muy frío, en copas de cava, y comida intermedia, ni mucha ni poca”, señala. El rosado, servido bien frío y en copas de cava tipo flauta, ofrece un punto medio perfecto entre ligereza y presencia. “Ideal para esos momentos donde el ambiente es distendido pero cuidado, como una recepción informal o una inauguración artística”, añade.

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Pero más allá del vino, Poveda subraya el papel del anfitrión: “El anfitrión tiene que saber en qué ámbito se mueve”. Y es que no se trata solo de elegir una etiqueta o un tipo de uva, sino de leer el contexto, entender el perfil de los invitados, la naturaleza del evento y el mensaje que se quiere transmitir. “No es lo mismo un acto íntimo entre amigos que una recepción institucional con autoridades”, matiza.

Cuando se trata de eventos de alto nivel, donde el detalle lo es todo, Poveda propone elevar la puesta en escena: “Si el acto es muy top, muy importante, si el presupuesto lo permite, una camarera va con una bandeja y otra camarera con la botella enrollada con una servilleta y te sirve directamente de la botella a la copa”.

Finalmente, el enólogo no olvida los espacios al aire libre, que cada vez ganan más protagonismo: “Cava o champán, tanto para brindar como para recibir a los invitados en casa, en copa de cava flauta. Un blanco bueno y un buen rosado ultrafrío si recibes a los invitados al borde de la piscina”. En estos casos, la frescura del vino y la presentación en copas elegantes refuerzan la sensación de hospitalidad y sofisticación.