Alanna pide que el sistema judicial evite a las víctimas de violencia machista revivir sus agresiones durante los juicios

València

La asociación Alanna, que ayuda a víctimas de violencia machista, pide cambios en el sistema judicial que facilite el proceso a las mujeres que denuncian y les evite tener que pasar por el calvario de volver a contar sus agresiones sexuales, o cómo les maltrataban sus agresores, varias veces durante todo el proceso judicial.

Esta semana ha empezado el juicio a cuatro hombres acusados de violar en grupo a una joven en la Vall d'Albaida. Según la investigación, la violaron entre, al menos, 15 hombres cuando además era menor de edad. Ahora, cuatro años después de la agresión, ha tenido que revivir todo lo ocurrido y contarlo en el juicio.

La juez pidió a todas las partes que mostraran respeto en el interrogatorio y le pidió perdón a la denunciante: "Te vamos a hacer pasar un mal rato, pero es necesario", le dijo. Alanna reclama establecer mecanismos para que las víctimas no tengan que repetir en el juicio lo que ya han denunciado ante la Policía.

La presidenta de Alanna, Chelo Álvarez, explica que una víctima de violencia machista o de violencia sexual tiene que relatar lo ocurrido ante la Policía, cuando formaliza la denuncia, luego puede tener que volver a contarlo durante la instrucción judicial, o pasar por algún examen médico y, meses o años después, cuando empieza el juicio, tiene que revivir, de nuevo, todo su infierno.

Esto les impide a las víctimas tratar de pasar página, retrasa su recuperación emocional y en algunos casos incluso hace que se piensen si denuncian. Otro de los problemas, según Álvarez, es el retraso en los plazos judiciales. En el caso de la Vall d'Albaida, por ejemplo, han pasado cuatro años desde la agresión sexual hasta el juicio, y todavía queda la sentencia y los recursos.

Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de género, admite que el sistema judicial debería acortar los plazos y establecer sistemas para que las víctimas no tengan que repetir varias veces su infierno, pero insiste en que denunciar es fundamental porque, si no, las víctimas corren más peligro.

En el caso de las menores de edad existen sistemas para que solo tengan que contar lo ocurrido una vez y esa declaración, tomada como prueba preconstituida, sirve en el juicio. Gisbert afirma que se podría extender esto a las víctimas mayores de edad, aunque explica que en los casos de violencia machista, las denunciantes son muchas veces las únicas testigos de lo ocurrido, y por eso es clave su testimonio en el juicio. En todo caso, afirma que la denuncia es la única forma de que la justicia pueda actuar.

Y Paz Lloria, catedrática en Derecho Penal de la Universitat de València y especialista en violencia machista, añade que es complicado evitar la reiteración porque se tienen que garantizar los derechos de todas las partes pero coincide en que este tipo de pruebas preconstituidas se podrían generalizar en el caso de las víctimas muy jóvenes o las que tienen alto grado de vulnerabilidad.

Lloria cree eso sí que los interrogatorios durante los juicios deberían hacerse con el máximo respeto a las víctimas y solo con las preguntas necesarias. Afirma además que la lentitud de la justicia no las ayuda y cree que se podrían recortar algunos plazos y, sobre todo, dotar de más medios al sistema.

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