El día más triste: tras el descenso, el Balonmano Benidorm se asoma a lo desconocido
Pese a la victoria ante el Nava, el equipo insignia del deporte de la Marina Baixa puso fin a más de una década en Asobal


Benidorm
Y ahora, ¿qué? Esa es la pregunta que muchos se hacían en la noche de este domingo en un Palau d’Esports triste, apagado y con aire de funeral. Poco antes, el Servigroup Hoteles Benidorm se impuso con enorme solvencia al Nava (30-23) en una última jornada en la que los de Marko Krivocapic cumplieron con su parte del trato, que era ganar, y en la que el resto de los implicados en la pelea por la permanencia, verbigracia, Puente Genil, Huesca y Anaitasuna, también cumplieron con su cometido condenando a los benidormenses al descenso y, con ello, a poner punto y final a más de una década ininterrumpida de presencia en la Liga Asobal.
Al Servigroup Hoteles Benidorm le acompañará en el descenso otro histórico como es el Anaitasuna navarro mientras que Guadalajara será el equipo que esta semana se las tendrá que ver, en partidos de ida y vuelta, con el Burgos en la promoción.
Tras el pitido final corrieron las lágrimas sobre el 40x20 del Palau d’Esports. Nacho Valles, alma y corazón del vestuario, se refugiaba tras su camiseta, inconsolable, sin poder comprender cómo su actual etapa en el Club Balonmano Benidorm podía haber acabado de esa manera tan cruel. Y su sentimiento, sus lágrimas, eran compartidas por todos.
El descenso, el cuarto de los distintos equipos del club en dos años, debe abrir ahora un periodo de profunda y muy seria reflexión. De repaso a lo hecho y a lo no hecho. De honesto análisis de los motivos que han llevado a un equipo que hace sólo dos temporadas estaba jugando competición europea a verse hundido a la segunda categoría.
Durante la temporada, en busca de una reacción que se produjo, pero que no fue suficiente, rodó la cabeza de Sergio Carballeira, un entrenador que vio hipotecada gran parte de su planificación por las bajas que, desde la misma pretemporada, han asolado a una plantilla que nunca pudo jugar o entrenar con todos sus efectivos.
Se prescindió de Carballeira y se apostó por Marko Krivocapic, cuyo balance en las nueve jornadas que ha dirigido al equipo ha sido de cuatro victorias, un empate y cuatro derrotas (nueve puntos de 18 posibles). Como su predecesor, el serbio tuvo que inventar todo tipo de soluciones para sortear las bajas de sus efectivos y supo mantener al equipo con opciones hasta el final. Por desgracia, sin depender de sí mismo, pero con opciones. Y en ese juego a cara o cruz por los fallos de los demás, finalmente salió cruz.
Decapitado un entrenador del primer equipo, descendido (por segundo año consecutivo) el equipo femenino, salvado el filial por los pelos, desaparecido en combate el gerente a mitad de segunda vuelta y, como única nota positiva, la consecución de la primera clasificación de un equipo de base (el cadete masculino) para el Campeonato de España, ahora sólo quedan dos preguntas por hacerse y por contestar. La primera, la más importante, es cuál debe ser ahora el objetivo principal de la entidad para la próxima temporada. La segunda, y no menos trascendental, es quién debe comandar ese nuevo proyecto en terreno ignoto.
Dos años después de la llegada a la planta noble de una nueva directiva, su gestión ha tenido, al menos en lo deportivo, más luces que sombras. Son varias las voces que alertan de una aparente errática y precipitada toma de decisiones en los últimos meses. El propio despido de Carballeira llegó sin haber previsto un reemplazo inmediato. La marcha del gerente no fue ni tan siquiera comunicada (mucho menos explicada) y tampoco se le dio publicidad al desembarco, en el último mes, del exjugador Ivan Nikčević como director deportivo.
Durante estos últimos dos años, al menos en los corrillos internos, se ha apuntado de manera insistente a la precaria situación económica de la entidad como uno de los motivos principales para haber apostado, por ejemplo, por la confección de plantillas ‘cortas’ y, por lo tanto, más expuestas a sufrir en el caso, como ha sido el de esta temporada, de sufrir una plaga de lesiones. Una falta de recursos de los que siempre se culpa a la herencia recibida sin que, al menos de manera pública, se hayan dado detalles concretos de cuál fue esa herencia y de qué acciones se han podido llevar a cabo para encauzarla.
Ahora ha comenzado ya la cuenta atrás de la nueva temporada, que será en Plata y, por lo tanto, para la confección de la nueva plantilla. Son muchas las decisiones que se van a tener que tomar. Algunas, sin duda, serán dolorosas, pero necesarias. En todo caso, esta semana, la primera tras más de una década en Asobal, lo más urgente es despejar la principal de las incógnitas de toda la ecuación: ¿quién debe capitanear esa nueva singladura?

Nico Van Looy
Director de SER Deportivos Benidorm




