Fernández (SoledadES) : "La soledad crónica produce demasiada tristeza, demasiado dolor"

Valencia

El 21,4% de la población adulta que vive en la Comunitat Valenciana se siente sola en este momento y el 15,8% sufre soledad crónica, según evidencia un estudio de Fundación ONCE y Fundación AXA elaborado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) y presentado este martes en Valencia. Hablamos, en La Ventana Comunitat Valenciana, con Matilde Fernández, presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No deseada.

Estamos ante un desafío para la sociedad, porque es un problema estructural. "Tras la pandemia y la crisis, con el nicio de este siglo XXI tan complicado, aparece la soledad y el malestar del siglo XXI. Algunos dicen, la enfermedad, el problema. Está creciendo en todos los países desarrollados de forma significativa y, desde luego, el barómetro que hemos hecho a nivel nacional dice que hay un 20% de prevalencia pero para ser optimistas, hay un 30% que dice que se ha sentido solo o sola en otro momento, pero ahora ya no lo está, por lo tanto es una salida", expone Fernández que pide distinguir en lo que es una soledad de un primer año, de unos dos primeros años que a veces es el luto, que a veces es la ruptura de una pareja, de la soledad crónica que ya va produciendo demasiada tristeza, demasiado dolor, depresión, consultas médicas donde ya hay que dedicarle más tiempo a esas personas".

La democracia de los barrios

Fernández también habla del problema de la visibilidad de este problema y de la importancia del tejido asociativo. "Hay que mejorar las democracias de nuestro país desde los barrios porque se necesitan conexiones, los seres humanos somos seres sociables y cuando nos vamos quedando con muchas pérdidas lo que necesitamos es tener contacto con nuestro barrio. Que no se oculten ni el movimiento vecinal, ni el movimiento cultural, ni ninguna de las cosas que están vivas en el barrio y que pueden servir para hacer conexión y comunidad. Este es un tema importantísimo. El otro tiene que ver con los estados del bienestar. Si lo que tenemos que hacer es cuidar a la persona desde que nace hasta que muere y cuidarlas, incluyendo a todas las personas, tenemos que revisar en qué estamos fallando en el estado del bienestar para sustituir algunas cosas o mejorar otras para que realmente atiendan, incluyan, cohesionen al conjunto de las personas".

Jóvenes o mayores

En este ámbito, se percibe que ese aislamiento involuntario vuelve a afectar más a mujeres que a hombres. "Todos vamos con la mochila de los roles que hemos jugado en en las sociedades en las que hemos vivido Sí. y las mujeres hemos sido más cuidadoras que los hombres. Y ahora que la familia es más pequeña de la que nosotros conocimos cuando éramos jóvenes, ahora descubrimos que no tenemos quien nos cuide. Y eso produce una angustia y una desazón en las mujeres muy grande. Pero cuando hemos hecho el estudio de la juventud, hemos visto que las mujeres jóvenes piensan lo mismo. Piensan que su estructura familiar no la cuida y no la valora tanto como ellas desearían. En cambio, cuando hablamos con los hombres, sean jóvenes o sean mayores, lo que sienten más son las pérdidas sociales. Hay un momento de crisis en los hombres cuando se jubilan. Dice, "Pero ahora yo con quien jugaba el pádel, si ya no me encuentro, con quien lo iba a un hacer", explica la experta que también analiza el impacto de la soledad no deseada entre jóvenes y mayores.

"Cuando hemos hecho los estudios, es como una U, el gráfico de soledad, en una punta están los jóvenes viviendo en zonas rurales y en la otra punta, están ya los mayores de 75, más hacia 80 años, que viven en zonas urbanas. Ahí es donde se se nota y se vive más soledad".

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