Una jugada irresponsable

Alcoy

En las anteriores elecciones municipales, el PSOE de Alcoy se llevó un correctivo inesperado. Los socialistas aspiraban a una mayoría absoluta y en vez de eso, perdieron tres concejales, vieron como el PP se quedaba a 23 votos de la victoria y acabaron obligados a montar una coalición de gobierno con Compromis durante toda la legislatura. En aquella triste noche electoral, las huestes de Toni Francés dijeron aquello tan típico de “hemos comprendido el mensaje que nos manda la ciudadanía” y anunciaron que iban a meterse en un profundo proceso de renovación de caras y de mensajes.

Han pasado dos años y el PSOE local no ha cubierto ninguna de aquellas expectativas. En vez de realizar una ordenada reestructuración del partido, los socialistas están empeñados en una extraña operación política cuyo objetivo principal parece ser el de desorientar a su electorado y mandarlo a las filas de la abstención o a buscar refugio en otras formaciones políticas. Por no saber, ni siquiera sabemos si Toni Francés volverá a ser el candidato a alcalde para intentar igualar el record de los 21 años de Pepe Sanus. Por no saber, ni siquiera sabemos si se ha abierto un auténtico proceso de sucesión o una mera operación cosmética de despiste para que el actual alcalde siga poniendo la cara en el cartel, encabezando una lista de la que habrán sido convenientemente purgados todos los elementos críticos.

Los intereses personales han primado sobre las prioridades políticas en una jugada irresponsable, que puede dejar muy tocadas las perspectivas políticas del socialismo alcoyano. Abrir una virulenta batalla interna en el ecuador de una legislatura es un incomprensible ejercicio de suicidio político, que en última instancia sólo beneficiaría al tándem PP/Vox. Toni Francés está a punto de unirse a la lista de ilustres alcaldes alcoyanos que no supieron gestionar su marcha de la política local y que dejaron en sus partidos un desolador paisaje de tierra quemada del que tardaron años en recuperarse.