Iván Penalba vuelve a enfrentarse a la Badwater 135 en el Valle de la Muerte, una de las pruebas más duras del planeta

El valenciano Iván Penalba prepara ya su cuarta participación consecutiva en la Badwater 135, una carrera que se disputa en el Valle de la Muerte, California, y que está considerada la más dura del mundo. Un reto extremo, 217 kilómetros a más de 50 grados centígrados, en una de las pruebas más exigentes del mundo del deporte.

En anteriores ediciones llegó a tocar pódium con un segundo puesto y un tercero, ¿y si a la cuarta va la vencida?.

Una carrera al límite

La Badwater 135 recorre 217 kilómetros desde el punto más bajo de Estados Unidos, a casi 100 metros bajo el nivel del mar, hasta las faldas del monte Whitney. El desnivel acumulado supera los 5.000 metros y las temperaturas alcanzan los 55 o 56 grados durante el día. “Por la noche se compite a 42 o 43 grados. Es como estar dentro de una sauna”, relata Iván Penalba en la entrevista concedida a SER Viajeros Comunitat Valenciana.

En la carrera solo participan 100 atletas de entre 25 y 30 nacionalidades, seleccionados por la organización entre miles de solicitudes. Para ser admitidos deben acreditar marcas de alto nivel y experiencia en al menos tres pruebas extremas.

Preparación en condiciones extremas

Para adaptarse al calor extremo del Valle de la Muerte, Penalba entrena en las horas centrales del día durante el verano valenciano y realiza sesiones en sauna. Incluso las duchas las toma con agua caliente. “Intento mantener mi cuerpo caliente lo máximo posible durante todo el día para asimilar la temperatura que me voy a encontrar allí”, explica.

Durante la prueba, el corredor puede ingerir hasta 50 litros de líquido, a razón de casi dos litros por hora, y cuenta con un equipo de apoyo que lo acompaña en coche, parando cada pocos kilómetros para suministrarle agua, comida y refrescarlo. A partir del kilómetro 67, uno de los acompañantes puede correr a su lado.

Dos podios y un objetivo claro

Iván Penalba debutó en la Badwater 135 en 2022, logrando el segundo puesto. En 2023 fue tercero. Este año, asegura sentirse en un gran estado de forma: “La preparación está yendo fenomenal. Vengo de competir en Eslovenia y fue muy bien”. Asegura tener un equipo magnífico —formado por Joaquín, Blaine y Juan— y no esconde su ambición: “Vamos a intentar dar un pasito más allá y hacerlo en menor tiempo. Ojalá eso signifique una mejor posición”.

Paisaje desértico y causa solidaria

La carrera transcurre por paisajes “brutales” y “maravillosos”, aunque durante el esfuerzo no siempre puede disfrutarlos. “Estás pendiente de sobrevivir, entre comillas”, admite. Sin embargo, en los días previos y posteriores aprovechan para recorrer algunos puntos en coche y contemplar el entorno.

Además del reto deportivo, Penalba siempre vincula su participación a una causa solidaria. Este año corre por Martina, una niña con una enfermedad rara. “La Badwater tiene muchísima visibilidad e impacto, y queremos aprovecharlo para este tipo de causas”, destaca. El 20 de junio, antes de viajar, tiene previsto un entrenamiento en favor de Martina en el que puede participar cualquier persona y apoyarle antes de su viaje al Valle de la Muerte.

En su burbuja

A nivel mental, Penalba se concentra en dividir la carrera en pequeños retos y evita pensar en la distancia total: “Me meto en mi burbuja. Trato de evadirme de todo lo externo. No corro con música, me gusta estar con mis pensamientos y darme mensajes positivos”. Para él, es clave disfrutar del momento: “Me siento un afortunado de poder hacer esto, que es mi pasión”.

El próximo 23 de junio viajará a Estados Unidos para enfrentarse de nuevo a una de las pruebas más exigentes del planeta. Con tres ediciones a sus espaldas, Penalba lo tiene claro: “¿Por qué no hacerlo una cuarta vez? ¿Y por qué no ganar?”

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