Ecologistas y cazadores de la Comunitat Valenciana coinciden: solo la Generalitat tiene capacidad para intentar controlar la fauna salvaje

València

En la SER, en La Llavor, lo contábamos... jabalíes en la tierra de arroz. Los hemos visto en playas y paseando por el centro de pueblos y hasta en alguna ciudad. Hasta ahora se ha confiado en los cazadores y en las batidas como herramienta clave para intentar frenar la expansión de estas especies. La realidad es que, como ha explicado Lorena Martínez, presidenta de la federación de caza de la comunitat es que en el caso de los jabalíes han pasado de cazar 20.000 al año a 50.000 en muy poco tiempo. Pero sin garantías ni herramientas legales no pueden hacer más.

Explica que gastan al año 9 millones de euros en munición, mantenimiento de los perros, licencias, seguros... pero no solo eso. No pueden vender la carne que cazan y en el caso de que quieran comerla deben asumir, de su bolsillo, los costes de los análisis. También han de pagar los gastos de incineración de cada pieza abatida.

Y para colmo lamenta Martínez que cuando señalizan las batidas, que considera como herramientas de gestión territorial dada la gravedad de la situación, son muchas las personas que no respetan esas señales (senderistas, recolectores se setas y espárragos...) e invaden la zona echando al traste la batida y provocando más pérdidas económicas a los cazadores.

El problema es, dice Josep Bort, naturalista y miembro de la Federació Ecologista del País Valencià, que esas batidas no pueden ser la única solución. Explica que precisamente esa presión sobre los animales es uno de los factores que provoca que, paradójicamente, haya más y la población crezca sin control.

Los jabalíes se organizan entorno a una hembra. Si esta muere o el grupo se disgrega el resto de hembras se sienten amenazadas y crían. Eso provoca que aunque cada vez se mate más jabalíes haya más.

Y es que Bort explica que el gran problema radica en que no se ha hecho un análisis real de lo que está ocurriendo. Demanda a la conselleria, que tiene personal especializado, que elabore un mapa y que se arbitren soluciones en cada zona adecuadas.

Para evitar ese fenómeno. Para evitar que los animales que huyen puedan acabar en zonas pobladas. Favoreciendo el trampeo cerca de poblaciones para evitar posibles accidentes de caza. Porque no hay soluciones mágicas y mientras eso no se haga el problema no se resolverá.

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