Balance del curso que acaba en la Comunitat Valenciana: un ejemplo de nefasta gestión marcado por DANA y lengua

València

El curso de la DANA acaba el miércoles y docentes y familias marcharán de vacaciones con una sensación muy amarga. Aseguran que se ha dado un salto de décadas hacía atrás en un claro ataque al sistema público en el peor momento posible.

Tanto Marc Candela, del Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament, como Rubén Pacheco, de la confederación de Ampas Gonzalo Anaya, coinciden: el curso comenzó sin aplicar el auto del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat que obliga a la conselleria a asumir el acuerdo de plantillas aprobado al final de la última legislatura botánica. Pero apenas si se han incorporado una cuarta parte de los docentes contemplados en aquel acuerdo.

Otro elemento muy negativo y que solo ha generado problemas ha sido la consulta de la lengua base. Insisten en que la conselleria partió del supuesto de una victoria clara del castellano y se ha encontrado justo con lo contrario.

Como en el caso de las plantillas no está cumpliendo con la voluntad expresaba por las familias y más aún la falta de claridad ha provocado que familias se hayan quedado sin colegio para sus hijos. No estaba claro que las familias, en el proceso de admisión debían marcar las dos casillas de las dos lenguas.

Aquellas que solo han marcado una y cuyos hijos e hijas están en centros donde se ha impuesto la otra opción están ahora mismo, explica Marc Candela, sin colegio.

Lo que faltaba en el curso de la DANA en el que la conselleria, según Rubén Pacheco, solo ha tenido una prioridad. Escolarizar, sin criterio. Aunque sea lejos de casa, aunque los centros estén en obras, sin habilitar suficiente transporte escolar y sin la debida celeridad.

Hay centros donde todavía no ha entrado ninguna máquina. Otros con serios desperfectos con obras que avanzan con cuentagotas. Existe un compromiso de comenzar el curso que viene con todo el alumnado desplazado en su localidad, al menos.

Pero Pacheco no se fía. Las promesas que se han sucedido se han incumplido y en los centros educativos hay una sensación enorme de frustración y abandono.

A todo ello suman los recortes: en Escuelas Oficiales de Idiomas, conservatorios, en atención a la diversidad, se ha anulado la co-docencia, no se cubren las bajas en tiempo y forma... y para colmo anticipan recortes también para el curso que viene en primaria, secundaria, FP y formación de personas adultas.

Tanto el sindicato como la confederación de familias auguran no un otoño sino un curso, el próximo, caliente y pleno de movilizaciones. No se ha avanzado nada en condiciones laborales del profesorado, salarios, reducción de burocracia. ratios... Eso, afirman, hará aumentar la frustración y la tensión en las aulas.

La conselleria se defiende

A todo responde el secretario autonómico Daniel McEvoy para negar la mayor. Sobre las plantillas obvia el auto judicial para insistir en que la orden era irregular por haber sido firmada por un gobierno en funciones y presume de haber acordado las nuevas plantillas con todos los sindicatos. Más aún, afirma que hay docentes de sobra.

De la consulta de la lengua se queda en la superficie, en que se ha dado libertad a las familias para elegir pero no entra en que no se está cumpliendo en muchos casos con esa voluntad.

Y en cuanto a la reconstrucción tras la DANA insiste en que lo más importante era recuperar la escolarización de todo el alumnado y reclama paciencia porque construir un colegio no es algo que puede hacerse de un día para otro.

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