¡Perro malo!
Hoy vamos a hablar de un tema fundamental para todos los que van a compartir su vida con un perro: la educación del cachorro.

Mercedes Sánchez. Veterinaria
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Villena
Educar a un perro no es solo enseñarle trucos, sino ayudarlo a desarrollarse como un animal equilibrado, seguro y feliz. Durante los primeros meses de vida, los cachorros van a absorber mucha información, de su madre, de sus hermanos, de las personas que lo rodean, el ambiente… Lo que experimenten o dejen de experimentar en esta etapa marcará su comportamiento futuro. Por eso, si tienes un cachorro en casa o estás pensando en adoptar uno, este programa es para ti.
Los cachorros atraviesan varias etapas de desarrollo. Entenderlas te ayudará a acompañarlos mejor.
Primero de todo, el tiempo que pasen con su madre determinará en una gran medida su comportamiento futuro. Un cachorro debería permanecer con su madre al menos hasta las 8 semanas de edad, pero lo ideal es hasta las 10, para que pueda completar su desarrollo y aprendizaje social. Separarlos antes puede tener consecuencias negativas para su salud y desarrollo.
Entre las 3 y las 12 semanas, mas o menos, viven el llamado “periodo de socialización”. Es el momento clave para que el cachorro se acostumbre a personas,a otros perros, a otros animales, a ruidos, objetos y diferentes entornos. Todo lo que experimente de forma positiva durante esta etapa se integrará como "normal" en su vida adulta. Si durante este tiempo un cachorro conoce niños, aspiradoras, bicicletas y personas con sombreros, no les tendrá miedo de adulto. Pero si no lo hace, es posible que reaccione con temor o agresividad más adelante.
Después llega la etapa juvenil, desde los tres hasta los seis meses, una especie de adolescencia canina. Es entonces cuando empiezan a explorar más y a desafiar límites, por lo que es clave mantener rutinas y reforzar el vínculo.
Las rutinas ayudan mucho en la educación. Los perros aprenden mejor cuando hay horarios consistentes, así que intenta darle de comer, pasearlo y dejarlo descansar siempre en los mismos momentos. También es fundamental enseñarle desde el principio dónde hacer sus necesidades. Cuando son pequeños que no pueden salir a la calle y tienen que hacer sus cositas en casa, lo mejor es tener varios empapadores por la casa y, cuando se despierta, come o bebe, si vemos que se agacha en posición de hacer pipí, llevarlo a la zona donde esté el empapador y felicitarlo con entusiasmo. Poco a poco lo irán relacionando hasta que vayan solos a hacerlo a su sitio, pero como os digo, mejor tener varios empapadores por las zonas por donde él explora, porque cuando llegue su momento “allbran” no va a decir , uy, noto que algo quiere salir de mi cuerpo, voy a ir a la cocina, esa última estancia de la casa, a depositarlo sobre ese empapador limpio… No, no le va a dar tiempo, lo hará donde buenamente encuentre algo parecido. Cuando no lo haga bien, no diremos nada, y cuando lo haga bien haremos una gran fiesta. Un "muy bien" con voz alegre y una caricia inmediata ayudan mucho. El refuerzo positivo es tu mejor aliado: premia las conductas que te gustan con comida, caricias o juego.
También hay que enseñarle lo que está permitido y lo que no. Si muerde muebles, por ejemplo, ofrece un juguete adecuado en su lugar y evita que pase tiempo en esa estancia o evita el acceso a lo que no quieres que muerda. También es importante ser coherente: si hoy lo dejas subir al sofá y mañana lo regañas por hacerlo, el cachorro no entenderá nada. Y todas las personas que viven tienen contacto con el cachorro tienen que mantener esas mismas reglas.
Un cachorro bien socializado es un perro seguro y fácil de manejar. Exponlo de forma gradual y positiva a personas de diferentes edades y aspectos, a otros perros sanos y equilibrados, a sonidos de la ciudad o incluso a truenos y petardos, que puedes reproducir con grabaciones. Una vez que pueda salir a la calle, es útil que sus paseos sean por distintas zonas de la ciudad para que se acostumbre. También es muy importante jugar con él, no sólo para divertirnos, que también, si no también para enseñarle y fortalecer vuestro vínculo. Elige juegos seguros como tira y afloja, buscar objetos o juegos de olfato. Establece normas, como que suelte el juguete cuando se lo pidas. Si aprende a soltar un juguete al oír "suelta", ese mismo comando puede servir si alguna vez toma algo peligroso. Y siempre con un refuerzo positivo cuando lo haga bien, aprenderá mucho más rápido.
Antes os he dicho que cuando hiciera algo mal, no diríamos nada. Primero de todo porque, ¿quién le va a hablar mal a un pequeño cachorrillo? Y también porque no lo van a entender. Algunas personas pensarán: uy que no, si en cuanto digo qué has hecho se esconde… Pero no se esconde porque piensa: uy, ya ha descubierto esa caca de detrás de la puerta que hice esta mañana nada más levantarme. No, no saben qué hacen y menos aún van a relacionar un evento de hace 5 minutos con las consecuencias de ahora. Si llegas a casa y hay una caca delante de la puerta, que al abrirla la has restregado por todo el suelo, entiendo que quieras decirle: “¡¡BOBY!! ¡¡¡¿¿Qué has hecho???!!! ¡Esto no se hace! Malo, perro malo.” Tu perro va a reaccionar escondiéndose, mostrando una actitud sumisa, agachándose o tumbándose… Pero no es por la que ha liado, es por tu tono y volumen de voz. Así que los castigos, los enfados y los gritos lo único para lo que van a servir es para romper ese vínculo tan bonito que estás creando con tu cachorro.
Así que paciencia, mucha fiesta cuando hagan las cosas bien y bueno, no todo es tan fácil, a veces podemos enfrentarnos a alguna situación que se escape de nuestro control, así que si tu cachorro tiene miedos persistentes, agresividad, problemas para controlar esfínteres que no mejoran, o muestra signos de ansiedad por separación, es importante pedir ayuda profesional. Consulta con un veterinario especializado en etología. Cuanto antes se aborde el problema, mejor será el pronóstico.
Por último, deciros que dedicarle tiempo a la educación del cachorro es una inversión en su bienestar y en la de vuestra familia.
Un cachorro bien educado hoy es un perro feliz y equilibrado mañana.