La hoguera de las vanidades
Aunque seguimos teniendo iluminados como Savonarola, a Dios ya no lo encontramos en las alturas y ahora no se estila quemar a nadie -bueno, literalmente-

La Columna de Carlos Arcaya: «La hoguera de las vanidades»
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alicante
En 1497, un monje loco de nombre Savonarola, en Florencia, montó la primera hoguera de las vanidades. Entonces quemó libros, vestidos, cuadros, perfumes...; objetos, en aquella época, muy pecaminosos. Había que acabar con lo mundano para elevarse y encontrar a Dios.
Más información
El tal Savonolara, venía apoyado por un ejército negro -como recordaba en uno de sus programas Nieves Concostrina- que atemorizaba a la población. Fue la primera performance de la historia contra la vanidad que se le volvió en contra a este hombre, ya que un año después terminó en la hoguera y excomulgado.
Esta noche, en Alicante también quemamos nuestra particular hoguera de las vanidades, la de Baver Els Antigons, de nombre oficial Vanity y que critica la sociedad del postureo, de los montajes y del selfie.
Han pasado más de cinco siglos, pero, aunque seguimos teniendo iluminados como aquel religioso, a Dios ya no lo encontramos en las alturas y ahora no se estila quemar a nadie, bueno, literalmente.
De vez, en cuando, es reconfortante pensar que la vanidad, que no deja de ser una forma de idolatría o una visión distorsionada del mundo, termina en la hoguera.

Carlos Arcaya
Licenciado en Ciencias de la Información por la EHU-UPV. Redactor de Radio Alicante desde 1992, antes...




