La jubilación del obrero

Alcoy

Esta es la historia un obrero al que le quedaban seis meses para jubilarse. Llevaba muchísimos años trabajando para el mismo arquitecto y ya estaba cansado, tenía ganas de jubilarse y dedicarse a otros menesteres.

Un día el arquitecto llamó a su obrero, le dio unos planos y le dijo que quería que construyese la casa que aparecía en ellos.

El obrero miró los planos y calculó que iba a necesitar al menos seis meses para su construcción.

• Si hago lo que me pide no tendré tiempo para mí. Total, si no lo hago perfecto tampoco pasará nada. Cuando termine con la casa me jubilaré y ya no volveré a ver a mi jefe.

Y así lo hizo, utilizó materiales baratos, trabajó con prisa sin importarle el resultado, vamos que ese trabajo en concreto se podría calificar de chapuza. La fachada la construyó con cuidado para engañar al arquitecto, pero el interior dejaba mucho que desear.

El arquitecto no se acercó ni un solo día para supervisar la obra, que estuvo finalizada el día que el obrero se jubilaba. Ese día al terminar la jornada laboral se presentó allí el arquitecto, quien al ver la fachada le dio la enhorabuena al obrero por haber realizado tan bien la obra.

El obrero se sentía satisfecho por haber engañado a su jefe, quien tendiéndole las llaves de la casa le dijo:

• Este es el regalo por todos estos años de dedicación y trabajo bien hecho. Disfruta de tu jubilación.

Cuando realicemos un trabajo, siempre hay que hacerlo lo mejor posible, ya no por los demás, sino por nosotros mismos. Hay que hacer las cosas sin esperar nada a cambio, por el mero hecho de sentirnos bien con nosotros mismos. Eso se llama integridad.

Hay quien lo llama Karma, hay quien lo llama justicia divina, hay quien dice que la vida es como un boomerang y que todo lo que lanzas vuelve a ti. Llamadlo como queráis, pero actuad siempre de la mejor manera posible, de aquella manera que os haga sentir bien con vosotros mismos.

No olvidéis ser felices.