Isabel López, sobre el 'asilo' de Xixona: "La salida de estos ancianos es dura de asumir, pero nos encontramos solos y no sabemos qué pasos dar"

Alicante

Preocupada y, sobre todo "indignada", la alcaldesa de Xixona, Isabel López Galera, ha explicado en Hoy por Hoy Alicante la incertidumbre que pesa sobre el antiguo asilo del municipio. Una residencia abierta desde el año 1917, propiedad de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que baraja un cambio de uso del edificio y que, como consecuencia, deja en el limbo a los 70 ancianos que atendía.

Y lo peor es que no se ha avanzado con ninguna propuesta del Ayuntamiento, por parte de la congregación ni de la Generalitat, con la que también se está mediando.

De hecho, explica la alcaldesa que los ancianos ya han sido desalojados y derivados a otras residencias de la congregación en el contorno, a los pocos días de conocerse la noticia, sin que llegasen a transcurrir los dos meses de los que se habló.

Cuando se les fue a entregar en mano la declaración institucional firmada por todos los grupos políticos, ya corría el rumor de que habían vendido el edificio, pero lo negaron, aunque al día siguiente de pedirles cierta documentación, contestaron que "estaba alquilado o en proceso", señala. Lo cierto es que el Ayuntamiento no cuenta con una información exacta, y siguen a la esperan de que las monjas comuniquen el plan para el edificio y para el supuesto cambio de uso, dice.

Un cambio de uso al que no están dispuestos, "porque no sobran las plazas para ancianos y la Residencia Vicente Cabrera nació como una donación para atender a los mayores que lo necesitaran", dice López.

Recuerda que el antiguo asilo abrió las puertas en 1917, hace 108 años, pero que es ahora una residencia, un edificio moderno, actualizado y donde se ha invertido mucho, donde tienen a mucha gente trabajando, con lo que la falta de vocaciones no es excusa.

También han pedido la colaboración de la Generalitat, pero no entienden que rechacen todas las propuestas que les van haciendo, dice. En estos meses de conversaciones con la Conselleria de Bienestar Social, ya ha hablado con tres personas diferentes, y aunque convienen en que no se puede quedar la gente sin plaza, "no hemos avanzado", lamenta.

Recuerda la alcaldesa que hay un cambio normativo para que los ayuntamientos se puedan hacer cargo de las competencias en estos casos, "pero aparte de las competencias tendrán que dar el dinero", dice. "Es lo justo" y el Ayuntamiento ya ha puesto sobre la mesa todas las posibilidades de gestionarlo, insiste; desde contratar a más personal, opción que se descartó o formar una Fundación.

La salida de estos ancianos es "una situación dura de escuchar y asumir" y todo el pueblo se ha volcado, pero "nos encontramos solos y no sabemos qué pasos dar".