Las exportaciones valencianas a Irán e Israel superan los 277 millones y se enfrentan a caídas de demanda y sobrecostes

València

Las exportaciones de la Comunitat Valenciana con Israel e Irán supusieron cerca de 277,8 millones de euros en 2024 y encaran una etapa marcada por la "incertidumbre y volatilidad de los mercados" debido al conflicto entre ambos países, que tiene como posibles consecuencias la "paralización o retrasos de las operaciones comerciales", mayores costes logísticos y la reducción de la demanda.

Así se desprende del informe 'Relaciones comerciales de la Comunitat Valenciana y Oriente Medio Implicaciones del conflicto bélico Israel - Irán', elaborado por Cámara Valencia.

En 2024, las exportaciones e importaciones valencianas con países de Oriente Medio sumaron 1.516 millones de euros, el 4,2% de sus relaciones internacionales y con un superávit comercial. Sin embargo, los dos últimos años han mostrado una contracción, y algunos mercados se han situado por debajo de los niveles de 2019, tras el impacto de las tensiones políticas y militares. Las exportaciones a Israel alcanzaron 271,2 millones de euros el año pasado, mientras que las de Irán se limitaron a 6,6 millones de euros.

Los principales mercados de exportación en Oriente Medio son Arabia Saudí, Israel y Emiratos Árabes Unidos, que concentran el 72% de las ventas valencianas en la zona. Las exportaciones a Arabia Saudí e Israel retrocedieron más del 20% en 2023, por la guerra entre Israel y Gaza, y se estabilizaron en 2024.

Las exportaciones más afectadas han sido las de baldosas cerámicas, que suponen un tercio del total, y los bienes de equipo (maquinaria y aparatos eléctricos), que mantienen una elevada demanda en países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Los alimentos procesados de la industria agroalimentaria valenciana han registrado un notable incremento en los mercados árabes, mientras que los alimentos frescos han retrocedido de forma significativa. Las exportaciones de bienes de consumo, como muebles, calzado, automóviles y textil, también han descendido, presionadas por la incertidumbre y la competencia asiática.

Por su parte, tres cuartas partes de las importaciones valencianas desde Oriente Medio corresponden a materias primas o productos intermedios para la industria local, y casi el 40% son productos químicos o derivados del petróleo. En la cadena de suministros de la industria valenciana, las materias primas más afectadas son polímeros, aluminio en bruto, nitratos e hidrocarburos cíclicos. El producto importado con mayor dependencia del mercado iraní es el azafrán, del que este país es el principal productor mundial.

El aprovisionamiento de crudo procedente de Oriente Medio se ha reducido en favor de otros proveedores como Kazajstán, Angola, Guinea Ecuatorial, Guayana o Brasil. No obstante, la industria valenciana sigue expuesta a las subidas de precios internacionales, lo que puede traducirse en un aumento de costes y, a medio plazo, en precios finales más elevados.

Consecuencias

Por todo lo anterior, el informe advierte que la incertidumbre y volatibilidad implica la paralización o retradoss en las operaciones comerciales, a la espera de ver cómo evoluciona el conflicto. También conlleva un descenso de la confianza de los consumidores y menor demanda de consumo.

La incertidumbre logística derivada del conflicto dificulta el transporte y encarece las cadenas de suministro, lo que afecta especialmente a la distribución de productos perecederos y a la industria química y de materias plásticas. El tránsito marítimo por el Canal de Suez y el Golfo Pérsico continúa bajo riesgo, lo que repercute negativamente en los ingresos de los países del Mar Rojo y en sus proyecciones de crecimiento económico.

A pesar de las consecuencias negativas, el informe señala que la cotización del crudo no se ha disparado y que la dependencia de los mercados de Oriente Medio es reducida para la mayoría de los productos importados, ya que el aprovisionamiento está diversificado. Además, el conflicto puede abrir nichos de oportunidad para la exportación valenciana de materiales de construcción, productos alimenticios y bienes de equipo a medio y largo plazo, para la reconstrucción de zonas dañadas. De hecho, en los primeros cuatro meses del año, las exportaciones a Israel aumentaron un 38%, destacando los productos cerámicos, materiales de construcción, mobiliario y alimentos.

La cadena de suministros de productos derivados de la industria petroquímica podría verse afectada, tanto por la logística como por el aumento de costes. En el caso de la Comunitat Valenciana, la dependencia de los mercados de Oriente Medio es reducida en la mayor parte de los principales productos importados, dado que el aprovisionamiento está bastante diversificado.

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