Las altas temperatura se palpan dentro del Mercado Central de Alicante: el aire acondicionado lleva semanas sin funcionar
Trabajadores y clientes soportan temperaturas de hasta 34 grados en el interior del edificio a expensas de solucionar el problema lo antes posible

Presidente de Mercados de Alicante, Paco Alemán
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Alicante
El histórico Mercado Central de Alicante vive días críticos. Desde hace semanas, el sistema de aire acondicionado permanece averiado y las temperaturas en el interior del edificio superan los 34 grados.
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La situación afecta directamente a más de 200 puestos de venta y a unos 1.500 trabajadores que, en plena ola de calor, intentan mantener sus productos frescos mientras luchan contra el agotamiento térmico.
Conservar el género
Las consecuencias ya se notan. Algunas pescaderías gastan entre 60 y 100 euros diarios en hielo para conservar el género. Otros sectores, como carnicerías o fruterías, reconocen que los turnos se acortan, los clientes reducen el tiempo de compra y muchos puestos permanecen cerrados durante las horas de más calor.
Mientras tanto, algunos vendedores intentan salvar su negocio con recursos propios. En la carnicería Moltó, su responsable, Pascual Peñalver, afirma que “solo gracias a su sistema de aire acondicionado privado puede mantener la carne en condiciones”. También advierte de que las ventas están cayendo "porque los clientes no soportan las altas temperaturas dentro del mercado".
"Hace un calor que no se puede aguantar"
Mónica Gallego, una compradora habitual, lo resume con claridad mientras se abanica con fuerza entre los pasillos del puesto de verduras: "Hace un calor que no se puede aguantar. Me sabe fatal por todos los que están trabajando aquí. Espero que lo arreglen pronto".
Paco Alemán, presidente de Mercados y frutero en Cachí, comenta que la situación llega en plena ola de calor y eso perjudica aún más el estado de los alimentos más perecederos. Aunque indica que ya hay técnicos para solucionar el problema.
Cabe recordar que el edificio es un mercado abierto y que su arquitectura complica la refrigeración, pero vendedores y usuarios reclaman soluciones urgentes: temen que este verano se salde con pérdidas económicas y consecuencias para la salud.