Un estudio de la Universitat de València advierte del potencial riesgo de epidemias tras la DANA

Valencia

La Universitat de València ha presentado este miércoles los primeros resultados de un estudio que analiza los riesgos de enfermedades infecciosas tras la DANA que afectó a la Comunitat Valenciana el pasado mes de octubre. El informe, elaborado por un equipo liderado por el catedrático de Parasitología Santiago Mas Coma, revela la presencia de numerosos agentes infecciosos con capacidad patógena para los humanos. En concreto, una treintena de agentes infecciosos con patogenicidad en humanos en la zona cero de la DANA.

En declaraciones a La Ventana Comunitat Valenciana, Mas Coma ha explicado que “los problemas de salud pública derivados de catástrofes hídricas como esta no suelen aparecer de forma inmediata, sino a corto, medio y largo plazo”. Según el experto, los primeros días tras la DANA se detectaron algunos casos de legionela, pero los efectos más relevantes podrían manifestarse con el tiempo. “Lo que nos interesa es saber qué agentes infecciosos están presentes en la zona afectada, que es enorme, para que los hospitales y centros de salud puedan actuar con rapidez y precisión”, ha señalado Mas Coma.

Más agentes de los esperados

El estudio, que por ahora recoge los análisis realizados durante las tres primeras semanas tras el desastre, ya ha identificado una gran variedad de microorganismos. “Hemos encontrado muchos más agentes de los que aparecen en la primera lista, y seguirán apareciendo en publicaciones posteriores”, ha adelantado el catedrático.

Hallan una treintena de agentes infecciosos en la zona DANA, todos ellos patógenos

Entre los patógenos detectados hay bacterias, virus, protozoos, helmintos y vectores transmisores como mosquitos, flebótomos y moluscos de agua dulce. “Tenemos representantes de todos los grandes grupos de agentes infecciosos”, ha afirmado Mascoma.

Vías de transmisión diversas

Los microorganismos identificados presentan diferentes vías de transmisión: oral, transcutánea, a través de heridas, entre otras. Además, varían en su capacidad de provocar enfermedades en humanos. “Solo con la primera lista ya se puede ver la diversidad de mecanismos de infección”, ha explicado el investigador.

Preguntado por el riesgo de epidemias, Mascoma ha sido claro: “Sí, existe un riesgo potencial, como ocurrió en el huracán Katrina o en otras catástrofes similares en Brasil o el sudeste asiático”.

Un modelo extrapolable

El equipo de la Universitat de València, que también forma parte de un centro oficial de la OMS y la FAO, trabaja en la creación de un modelo extrapolable a futuras catástrofes. “Si las tendencias del cambio climático continúan, este tipo de eventos serán cada vez más frecuentes”, ha advertido.

Mascoma ha recordado que el calentamiento del mar Mediterráneo es un factor clave en la proliferación de enfermedades infecciosas, especialmente las transmitidas por vectores. “La temperatura superficial del agua ya es muy elevada, y eso aumenta el riesgo de que tengamos otra gota fría entre septiembre y noviembre”, ha alertado.

Contaminación fecal y zoonosis

Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la elevada contaminación fecal detectada en la zona, con origen tanto humano como animal. “Estamos hablando de cuatro cauces que atraviesan zonas silvestres, rurales, urbanas y la Albufera. Todo lo que arrastra el agua acaba en la parte baja”, ha explicado Mascoma.

En esas zonas rurales se encuentran granjas de ovejas, cabras, équidos, cerdos, perros y gatos. “Muchos de los agentes infecciosos que hemos detectado son zoonóticos, es decir, propios de animales pero transmisibles al ser humano. Incluso hemos encontrado algunos procedentes de animales silvestres, como serpientes”, ha añadido.

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