ACAIP UGT: 'El verano agrava la precariedad y desnuda las carencias de las prisiones valencianas'

València

La llegada del verano agrava la precariedad y desnuda las carencias de las prisiones valencianas, según ACAIP UGT, el sindicato mayoritario en el ámbito penitenciario.

Alberto Téllez, como portavoz de ACAIP, explica que ya llevamos dos casos de agresión graves en las semanas que llevamos de calor. La agresión a una funcionaria amenazada de muerte por una reclusa peligrosa en Picassent. Y esta semana, en la cárcel sevillana de Morón, una psicóloga fue víctima de una agresión sexual por parte de un preso reincidente.

Téllez culpa de estas y otras agresiones a los responsables de la política penitenciaria en España. Lamenta su torpeza y su inacción ante estas situaciones que vienen denunciándose desde hace mucho tiempo.

Algunas reivindicaciones tienen la vitola de históricas: la falta de seguridad en las instalaciones de Picassent, en Valencia, señaladas incluso por el Defensor del Pueblo, deberían evitar que esta cárcel, muy antigua, acoja a reclusos peligrosos. Pero si algo preocupa a ACAIP es que una parte muy importante, un 40%, de la población reclusa presenta problemas psiquiátricos. Y otro porcentaje importante enfermedades graves. Y no es que no haya psiquiatras, hay días que en cárceles como la valenciana de Picassent, ni siquiera hay un médico.

Gasto enorme de dinero

Eso, explica Téllez, tiene un efecto añadido: un gasto enorme de dinero. Si un recluso o reclusa precisa tratamiento médico debe ser trasladado a un hospital con el consiguiente gasto en ambulancia que debe ser escoltada por agentes de la Guardia Civil que dejan de hacer otras funciones por esa carencia.

Pero lejos de resolver todos estos problemas, denuncia Téllez, con lo que se encuentran es con decisiones difícilmente explicables. En el caso de la reciente agresión y amenaza de muerte por una reclusa en Valencia, los responsables de la política penitenciaria han pedido a la funcionaria un informe en el que justifique que no se han producido malos tratos a la reclusa atacante.

Para Téllez el problema radica en que hasta que no haya un caso realmente grave nadie tomará cartas en el asunto y mientras tanto la situación empeora y los colectivos que trabajan dentro de las prisiones tienen miedo de hacerlo porque se sienten totalmente desprotegidos.

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