La criminalización de la migración y el contorsionismo político de Mazón

Alicante

Estamos acostumbrados al contorsionismo político del presidente Mazón, quien dice que no quiere hacer demagogia ni populismo con la criminalización de la migración, pero quiere que todos miremos al dedo y nos olvidemos de la luna.

Y lo hace por pura necesidad, para no violentar a Vox, del que depende su continuidad al frente de la Generalitat. Nadie le ha quitado hierro a la agresión que padeció un anciano a manos de un delincuente de origen magrebí que fue detenido en Rentería. Que sobre él caiga todo el peso de la ley. Aquí, de lo que hablamos es de cacerías organizadas por grupos de extrema derecha contra inmigrantes que han sido alentadas y defendidas por sus socios.

Hablamos de destrozar la convivencia, de confundir desigualdad con inseguridad o de generar un caos para que los ultras terminen presentándose como la única solución política. Y el riesgo de lo sucedido es que no se quede en un hecho aislado, que prenda la mecha. No atajar esta deriva es una irresponsabilidad porque las consecuencias pueden ser impredecibles.

O cree Mazón que, aunque no sea lo más importante, no afectaría a nuestro turismo si esta ola de violencia injustificable llega, por ejemplo, a la Vega Baja.

La paradoja de los turistas españoles