Gourlay va a tener que trabajarse más las renovaciones de Guerra, Diego López y Tárrega

Valencia

Como les adelantó esta casa, desde el viernes por la noche tienen en su buzón las ofertas de renovación César Tárrega, Diego López y Javi Guerra. Y, pasado el fin de semana, llegan las primeras conclusiones a las propuestas negro sobre blanco que Gourlay había prometido a los agentes ocho días antes.

Y, de momento, pese a que hay que ir caso por caso, hay una conclusión generalizada: se lo va a tener que trabajar el Valencia si quiere garantizarse las renovaciones de los tres jugadores. Teniendo en cuenta que esto no es más que un primer paso enmarcado en una negociación con jugadores que tienen el contrato garantizado como mínimo hasta 2027.

Precisamente, esta mayor comprensión con la oferta recibida y siendo optimista con lo que va a llegar en un futuro, está el entorno de César Tárrega, que confía en sentarse a negociar una nueva propuesta con el Valencia ahora que ya sabe lo que el Valencia propone. Por tanto, es el caso que menos preocupa.

Una sensación distinta ha quedado en el entorno de Diego López, pues se considera que la oferta recibida no va en consonancia con el trabajado adelantado y pactado con Corona a final de la pasada campaña y ratificado en la reunión con Gourlay el pasado 10 de julio. Así pues, en el entorno del asturiano se confía, si se pretende avanzar en la renovación, en sentarse para conseguir una mejor propuesta.

Y después está el asunto más espinoso. Había mucha expectación en el entorno de Javi Guerra sobre la oferta que iba a mandar Gourlay. Ya el hecho de enviarla ocho días después de lo prometido generaba dudas en el entorno de Guerra. Pero, además, el contenido de la misma no acaba de dejar plenamente satisfecho a esta parte de la negociación.

Pese a entender que es una oferta importante para la situación actual del Valencia, y que aún debe ser pensada por el jugador de Gilet y su familia, de entrada la oferta no llega a la idea de valor que tiene el jugador. Por lo que también se antoja una negociación entre las partes si se pretende llegar a un acuerdo. Si no, podría tomar cuerpo la opción de una venta ante las ofertas que llegan por el jugador en este verano de 2025, sin dilatar este escenario hasta 2026, llegando a la misma situación que Mosquera con una mayor debilidad del club en una negociación por ser el último año de contrato.

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