Los hosteleros de València estudian acciones innovadoras para reducir el impacto sonoro de las terrazas

València

La Coordinadora de Hostelería de los barrios de València pone en marcha acciones para minimizar el impacto sonoro de las terrazas de la ciudad. Ya les contábamos hace unas semanas que se habían instalado unos paneles fonoabsorbentes, que absorben el sonido, en algunas calles del barrio de Russafa para minimizar el ruido que llegaba a las viviendas. Pues la Coordinadora, en colaboración con el Ayuntamiento, ha impulsado acciones también en cuanto a los materiales de las terrazas y en lo relacionado con la mediación con el público para hacer que las zonas turísticas de València también sean amables con sus vecinos.

Todo esto entra dentro de un proyecto piloto, de cuatro meses, en los que se van a probar distintos métodos para minimizar el impacto de las terrazas en los vecinos. Después de verano se estudiará su funcionalidad y se intentará aplicar a mayor escala.

Vicente Pizcueta, portavoz de la Coordinadora de Hostelería, explica que son tres las ramas en las que se está actuando. El primero, eliminar el metal de las mesas y sillas para sustituirlo por materiales que absorban mejor el sonido; el segundo ámbito es la innovación en materiales e instalaciones que ayuden a aplacar el ruido y el tercero es la contratación de mediadores y la formación del personal de control de acceso para que sepan como instar a los usuarios y clientes a bajar el ruido, la voz, sin crear conflictos.

Todo esto en colaboración siempre de los vecinos, especialmente de los barrios declarados como Zona Acústicamente Saturada. Aun así, algunas asociaciones vecinales se quejan de la viabilidad de estas soluciones. Hace unas semanas, de hecho, los vecinos de Russafa se quejaron de que los paneles fonoabsorbentes se caían apenas unos días después de ser instalados.

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Un verano no tan malo

Vicente Pizcueta coincide con lo que hemos contado en la SER sobre el balance hostelero de este verano. No estamos en los niveles del año pasado, cuando se alcanzaron todos los récords históricos.

Pero Pizcueta no es pesimista, asegura que la razón es la mala proyección internacional que ha dado la DANA, pero recuerda que los datos ahora mismo sitúan esta temporada estival como la segunda o la tercera mejor a nivel histórico. Algo que, según Pizcueta a principios de este siglo, cuando Valencia no era la potencia turística que es ahora, no nos habríamos ni imaginado.

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