"No estamos preparados para estas temperaturas"

València

El golpe de calor es el síntoma más grave que podemos sufrir y, de hecho, puede ser mortal. Así lo evidencian las cifras de este verano.

Las muertes atribuibles a las altas temperaturas en la Comunitat Valenciana desde el pasado 1 de junio ascienden ya a 216, de las que 26 de ellas se han producido en la última semana (del 11 al 16 de julio) coincidiendo con la ola de calor.

Del 1 de junio al 16 de agosto de 2024, el MoMo, sistema de vigilancia de la mortalidad diaria del Ministerio de Sanidad, ha contabilizado en toda España 2.398 fallecimientos atribuibles a temperaturas, 216 de ellos en la Comunitat Valenciana.

Son cifras que nos hacen reflexionar, porque son muertes que se podrían haber evitado en muchos caos, manteniendo más medidas de seguridad, ahora que las altas temperaturas son cada vez más extremas, y cada vez más a menudo.

En el programa, Asier López, residente en medicina familiar en València, en el centro de salud de Serreria, y vocal de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, asegura que las altas temperaturas pueden ser la causa directa de estos fallecimientos, o desencadenar y acelerar enfermedades que ya venimos padeciendo y que son las causantes de los fallecimientos.

Las personas que más riesgo sufren en una ola de calor son personas mayores de 65 años y menores de 4 años, principalmente porque no tienen sensación de sed. Las altas temperaturas pueden descompensar enfermedades crónicas y en algunos casos se ven obligados a regular la medicación. Asier López recuerda que se ha de acudir a los centros de salud para que sean los médicos y profesionales quienes ajusten la medicación.

Las recomendaciones principales en estos días de ola de calor son hidratarse bien y evitar las horas centrales de calor en la calle, y para ello el doctor recomienda no salir de casa. Y si las casas no cuentan con el acondicionamiento necesario y no tienen ni ventilación ni aires, recomienda buscar refugios climáticos como espacios públicos acondicionados como las bibliotecas para las personas con bajos recursos económicos.

Aquí entran en juego los departamentos de servicios sociales que en este tipo de situaciones deben trabajar en coordinación con los servicios de sanidad cuando se detectan pacientes en situación de vulnerabilidad. Y es que, según Asier López, el entorno que habitamos, y los propios hogares, están directamente relacionados con la salud de las personas. De hecho, asegura que no estamos preparados para estas altas temperaturas pues habría que empezar por acondicionar los espacios urbanísticos y adaptar las calles de las ciudades para mitigar las altas temperaturas. De ahí la diferencia que hay entre la calidad de vida en las zonas rurales y las urbanas con la llegada de las altas temperaturas, una circunstancia que han venido para quedarse.

Asier López recuerda que los síntomas para identificar un golpe de calor son el dolor de cabeza, mareo, confusión, piel enrojecida y seca, pulso rápido, fiebre alta, náuseas, sudoración excesiva, debilidad o calambres, etc. Y en estos casos hemos de llamar siempre al teléfono de emergencias 112 para recibir asistencia profesional.

Además, ha hecho referencia a cómo afectan las altas temperaturas a los trastornos de salud mental pues el calor afecta de manera directa a las personas que sufren este tipo de enfermedades. Ya de normal las altas temperaturas hacen que estamos más irritados, de mal humor, nerviosos... porque afecta a la somnolencia y a la irritabilidad de las personas. Incluso los psiquiatras hablan de mayor agresividad provocada por el calor.

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