Recuerdos de 2024 y consejos para 2025: los capitanes de las fiestas de Moros y Cristianos de Ontinyent comparten su experiencia

Ontinyent

En el espacio festivo de Hoy por Hoy Ontinyent-La Vall d'Albaida, los protagonistas de las fiestas de Moros y Cristianos de 2024, Lucía Gil, capitana cristiana, y José Manuel Pardo, capitán moro, han compartido sus recuerdos y experiencias del pasado año.

Tras haber ostentado los máximos cargos de la fiesta, ambos viven ahora la festividad con una perspectiva diferente, disfrutando del recuerdo de un año intenso e inolvidable.

Primeras impresiones y recuerdos

José Manuel confiesa que durante las fiestas no era plenamente consciente de la magnitud de su cargo. “Me dejaba llevar, no me daba cuenta de todo lo que implicaba ser capitán hasta que vi los vídeos después. Fue muy feliz”, comenta.

Por su parte, Lucía recuerda el cariño y respeto recibido por la gente, algo que considera uno de los recuerdos más importantes de su experiencia: “Sentí que la gente me arropaba de una manera increíble, fue sobrecogedor”. Ambos coinciden en que los momentos más emotivos fueron la embajada y la diana de gala, actos que les tocaron profundamente por la participación del municipio.

Los mayores retos del cargo

En cuanto a los desafíos del cargo, José Manuel destaca que un capitán debe mantener la sorpresa y cumplir con las expectativas del público durante la entrada. “El reto era estar a la altura y dar la cara por toda la comparsa. Había mucho trabajo detrás y muchas familias implicadas, pero todo debía convertirse en disfrute”, explica.

Lucía añade que cada acto requería preparación y esfuerzo, desde los ensayos hasta los momentos públicos: “Todo lo que hacemos se vive con mucha intensidad, y la presión del cargo hace que no puedas disfrutar del todo hasta que pasa”. Ambos coinciden en que la implicación de la comparsa, amigos y familia fue clave para superar el estrés y lograr que todo saliera perfecto.

Disfrutando las fiestas desde otra perspectiva

Este año, sin la responsabilidad de ser capitán, los dos pueden vivir las fiestas de manera diferente. “La tranquilidad que tenemos ahora es enorme. Puedes disfrutar de un almuerzo, alargar la tertulia o relajarte un poco más. El nivel de estrés es mínimo”, comenta José Manuel.

Lucía coincide en que ahora se puede participar en la programación con otra perspectiva y brindar apoyo a los nuevos capitanes, ofreciendo consejos y orientación cuando se les solicita.

Reivindicación y legado

Lucía también quiso destacar la importancia del papel de la mujer en la fiesta: “Estamos muy orgullosos de los avances que se han conseguido. Las mujeres ahora participan activamente y eso es un gran paso. Cuando era pequeña, nunca habría imaginado que podríamos ostentar el cargo de capitana, y hoy es una realidad”.

Respecto al impacto que esta experiencia tendrá en sus vidas, ambos reconocen que marcará su futuro. José Manuel admite que sufrió el “post-capitán”, un periodo de añoranza y emoción intensa, pero también lo califica como un regalo de la vida. Lucía destaca que el equipo que formaron continúa unido, celebrando encuentros y compartiendo recuerdos de manera constante, consolidando un vínculo que permanecerá siempre en sus memorias.