Las embajadas de 2024 en Ontinyent, un recuerdo imborrable para José Seguí y Samuel Martínez

Ontinyent

Un año después de haber protagonizado uno de los actos más intensos de las fiestas de Moros y Cristianos de Ontinyent, las embajadas, José Seguí (Comparsa Contrabandistes) y Samuel Martínez (Comparsa Abencerrajes) recuerdan aquella experiencia como uno de los momentos más emocionantes de su vida festera. Ambos coinciden en definirlo como “un sueño cumplido” que sigue muy presente en su memoria.

Seguí admite que la tarde en la que subió al escenario de la Plaza Mayor fue “un cúmulo de sensaciones difíciles de describir”, porque llevaba “mucho tiempo preparándose para estar a la altura de un acto tan esperado”. Según reconoce, “fue una experiencia de la que todavía hoy guardo una enorme nostalgia, porque después de tanto esfuerzo el sabor que quedó fue inmejorable”.

Martínez, por su parte, recuerda perfectamente cada instante de su intervención: “Al llegar a la plaza intenté mantener la concentración, buscaba fijar la mirada para no perderme y disfrutar de unas palabras que habíamos trabajado muchísimo. El orgullo de ver cómo salía todo bien fue la confirmación de que todo aquel esfuerzo mereció la pena”.

Unas fiestas diferentes, pero vividas con la misma pasión

Después de haber soportado la presión del papel de embajadores en 2024, este año ambos disfrutan de las fiestas desde una perspectiva más relajada. Seguí reconoce que “la diferencia es enorme, porque ya no tienes encima la responsabilidad de llegar al día señalado con tanta presión”. Eso, asegura, le ha permitido “soltarse y disfrutar como festero de calle, sin pensar en la organización ni en la tensión de los últimos detalles”.

En el caso de Martínez, la edición de este año ha supuesto un reencuentro con sus raíces: “He podido volver a bailar con el Ballet Òpera, algo que el año pasado era imposible por las obligaciones del cargo. Para mí ha sido especial poder compartir escenario con mis compañeros y, al mismo tiempo, desfilar con mi comparsa, vivir la fiesta desde dentro con otra calma”.

Ambos coinciden en que esta vez sienten “la tranquilidad después de la tormenta”. Según Seguí, el contraste es muy evidente: “En 2024 tenías dos años de preparación a tus espaldas, la tensión de que todo saliera bien y la sensación de que cualquier fallo solo lo sabías tú y dos o tres personas más, pero lo vivías como un peso enorme. Este año no hay nada de eso, simplemente disfrutas”.

Orgullo y mensaje para los futuros embajadores

A pesar de la presión que conlleva, los dos no dudan en animar a quienes sueñan con ocupar ese cargo algún día. Martínez es contundente: “Merece la pena, de verdad. Es un privilegio poder ser embajador, un papel que en Ontinyent cambia cada año y siempre aporta un matiz personal. Eso es lo que engrandece nuestras fiestas”.

Seguí refuerza ese mensaje recordando lo que significó para él: “Ha sido una ilusión de toda la vida. Incluso de joven recitaba las embajadas en casa, las escuchaba en el coche y soñaba con estar ahí algún día. Cuando por fin lo haces, sientes que has llegado a la meta”.

El historiador Samuel Martínez subraya también el valor simbólico: “Para mí ha sido un honor que mi nombre quede escrito en la historia de las fiestas de mi pueblo. Como amante de la historia y como festero, es algo que llevaré siempre conmigo”.

Antes de despedirse, ambos quisieron dedicar unas palabras a los embajadores de este año. “Les deseo que disfruten intensamente, porque es un momento único en la vida y pasa muy rápido”, dice Seguí, mientras que Martínez añade entre risas: “Ojalá lo vivan igual que nosotros… y que después también acaben viendo los vídeos tantas veces como lo hemos hecho nosotros, que ya casi nos los sabemos de memoria”.