La Generalitat urge al Gobierno central limpiar cauces de ríos y barrancos mientras la CHJ insiste en que es competencia municipal

València

La Generalitat muestra su preocupación por el mal estado de los cauces de ríos y barrancos en la Comunitat Valenciana y acusa al Gobierno central de no limpiarlos como es debido. Algo que, según el conseller de Agricultura y Agua, Miguel Barrachina, es su obligación ya que las confederaciones hidrográficas son las titulares de todas estas zonas. La Generalitat advierte que estamos a punto de entrar en la época de lluvias y el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha preparado correctamente las infraestructuras hidráulicas.

El conseller Miguel Barrachina explica, en declaraciones a la cadena SER, que hay muchos cauces que todavía se encuentran con mucha vegetación e incluso con basura, lo que impide circular correctamente al agua. Pide a las confederaciones y, en concreto, a la Confederación Hidrográfica del Júcar, que realice unos trabajos que, según insiste, son su competencia. Asegura que el objetivo es que no haya incidencias cuando caigan cantidades importantes de agua.

Pero en la Confederación Hidrográfica del Júcar, que no quiere entrar en polémicas, recuerdan que la competencia para limpiar los cauces en zonas urbanas es de los propios ayuntamientos, que tienen que presentar una petición de autorización o una declaración responsable para hacer esos trabajos en sus términos municipales.

La CHJ explica que está llevando a cabo tareas de adecuación de cauces en multitud de ríos de toda la Demarcación pero no se hacen justo antes de la temporada de lluvias, sino que se realizan de forma continua, durante todo el año. El objetivo de estas actuaciones es conservar y mejorar la calidad de las aguas y de los entornos fluviales.

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La confederación explica además que el fenómeno de las inundaciones no es principalmente un problema de presencia de vegetación en los cauces, sino de ocupación del territorio. Y por ello, las medidas para reducir el riesgo de inundación deben ir encaminadas hacia la disminución de la vulnerabilidad de los bienes expuestos a la inundación y no hacia la disminución de la vegetación con carácter general o las denominadas limpiezas de cauces que, según indican, tienen efectos negativos.

Aseguran que es imprescindible que exista vegetación en los cauces para el adecuado funcionamiento de los ríos, tanto ecológico como para la prevención de posibles daños, aportando rugosidad o resistencia al flujo ralentizando la velocidad del agua. Además, mejora la regulación de los caudales, así como la infiltración en el terreno, lamina avenidas y disminuye la erosión de las riberas. En cuanto a lo que provoca las inundaciones, explican que el principal factor es el desarrollo urbanístico que impide que el agua drene y se infiltre en el terreno, provocando un aumento de la cantidad y velocidad del agua circulante.

La CHJ recuerda además que el programa de mantenimiento de cauces aprobado por el Ministerio de Transición Ecológica establece que, en los tramos no urbanos la gestión de los ríos "debe tender a que dichos trabajos de mantenimiento sean mínimos, y a que sea el propio funcionamiento hidrológico de los mismos el que controle y mantenga la capacidad de desagüe del cauce y el crecimiento de la vegetación, a través del paso periódico de avenidas de diferente magnitud". En todo caso, el organismo insiste en que los ayuntamientos, en el ejercicio de sus competencias, pueden mantener los tramos urbanos de los cauces como estimen oportuno, previa autorización de la CHJ, atendiendo a razones paisajísticas, de salubridad, de prevención de incendios, u otras.

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