La crisis de las panaderías tradicionales en los pequeños pueblos: ¿En qué situación se encuentran en La Safor?

La Safor

Una de las consecuencias más visibles del despoblamiento rural es la desaparición de los servicios básicos. Entre estos, las tradicionales panaderías son, quizás, las que más nostalgia despiertan. Espacios que, durante décadas, se han consolidado como lugares de encuentro, de olores familiares y sabores que forman parte de nuestra memoria colectiva.

Actualmente, sin embargo, el gremio de los panaderos vive una doble crisis: por un lado, la competencia de las grandes superficies con productos industriales a precios muy bajos; y por otro, la carencia de relevo generacional, que condena a muchas panaderías a cerrar por falta de continuidad. Esto, precisamente, es lo que nos contó Marilola, panadera de toda la vida en Xeresa, en el Hoy por Hoy Gandia: que se jubila, y no sabe si su hijo podrá hacerse cargo de todo lo que conlleva sacar a delante una panadería, puesto que los gastos también aumentan.

Nos encontramos en un territorio con fuerte tradición panadera, pero su consumo ha caído notablemente en la última década. Además, la subida de la factura de la luz, los altos precios en materias primeras como el aceite, la levadura, la harina... son factores que se convierten en las causas principales de la crisis de este sector.