Viruela y vacunación: el legado de la Expedición Balmis
No vamos a contar mentiras: «Viruela y vacunación: el legado de la Expedición Balmis»
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Alicante
En el primer capítulo de «No vamos a contar mentiras» de la temporada 2025-2026, la doctora Rosa Ballester, catedrática emérita de Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández y vicepresidenta de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana, relata la historia de la vacuna contra la viruela siguiendo la estela de su creador, el médico inglés Edward Jenner, y la gesta del cirujano español Francisco Javier Balmis para llevarla al otro lado del mundo
La viruela: grave, contagiosa y letal
La viruela, conocida desde la Antigüedad, llegó a ser una de las principales causas de muerte en Europa, sobre todo en el periodo moderno (siglos XVI a XVIII) matando a 400.000 personas cada año. En América devastó a tribus nativas, y culturas enteras colapsaron. Un tercio de los sobrevivientes quedaba ciego. Casi todos los que no morían tenían cicatrices de por vida. Esta situación y el hecho de que la enfermedad afectara fundamentalmente a edades infantiles desencadenó un estado emocional bien característico, el miedo a la viruela, la “guadaña de los niños”.
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna fue la primera campaña de vacunación global contra una enfermedad infecciosa que tuvo como objetivo la propagación de la vacuna contra la viruela, mediante la técnica - ideada por el médico inglés Edward Jenner - por los territorios hispanos de ultramar entre 1803 y 1810, capitaneada por el médico y cirujano alicantino Francisco Xavier Balmis y Berenguer (1753-1819).
El 'Maria Pita', barco fletado para la expedición del Dr. Balmis que llevaría la vacuna contra la viruela a Latinoamérica y Filipinas, parte desde el puerto de La Coruña. (Historia del Levantamiento, guerra y revolución de España del Conde de Toreno. Madrid, 1851) / PHAS
El 'Maria Pita', barco fletado para la expedición del Dr. Balmis que llevaría la vacuna contra la viruela a Latinoamérica y Filipinas, parte desde el puerto de La Coruña. (Historia del Levantamiento, guerra y revolución de España del Conde de Toreno. Madrid, 1851) / PHAS
En el contexto de las expediciones ilustradas en América que tuvieron lugar en el transcurso de los reinados de Carlos III y Carlos IV, la expedición Balmis buscaba responder al grave problema demográfico, social, político y sanitario que supusieron las epidemias de viruela que asolaban periódicamente los territorios ultramarinos, que afectaban a todas las clases sociales, incluida la realeza, que causaban graves secuelas y para la que no existía una terapéutica eficaz. En este proceso, desde sus inicios hubo partidarios y detractores de la vacunación.
En mayo de 1980, después del importantísimo papel jugado por las vacunaciones, sumado a otros innumerables esfuerzos de control sanitario mundial, la viruela se transformó en la primera enfermedad infecciosa en declararse erradicada del planeta por la Organización Mundial de la Salud. Hasta su erradicación la viruela asoló a la humanidad durante al menos 3000 años y solo en el siglo XX acabó con la vida de 300 millones de personas.
El movimiento antivacunas, un fenómeno de más de un siglo de vida
La desconfianza hacia los médicos y la ciencia que alimenta el movimiento antivacunas puede parecer un fenómeno moderno, pero las raíces del activismo actual se plantaron hace más de un siglo. Un ejemplo paradigmático es el de la vacunación antivariólica, El movimiento antivacunas es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “el rechazo a la vacuna a pesar de su disponibilidad”. La reticencia a la vacunación se define como “la tardanza en aceptar vacunas seguras o el rechazo a dichas vacunas pese a la disponibilidad de los servicios de vacunación”. En el año 2020 la OMS declaró "las dudas y el rechazo a las vacunas" como una de las 10 principales amenazas para la salud mundial.
Edward Jenner (1749-1823), médico y cirujano ingles revolucionó la lucha contra la viruela reproduciendo, en 1796, en el niño James Phipps la viruela de las vacas (cowpox), una enfermedad benigna y no contagiosa que protegía definitivamente de la viruela humana (smallpox). Sus críticos denunciaron que era repugnante e impío inocular a alguien con material de un animal enfermo. A mediados del siglo XIX surgen leyes para obligar a la vacunación de los niños contra esta enfermedad y ante esto surgen los primeros movimientos antivacunas. Estos movimientos repartían panfletos disuasorios y se publicaban imágenes que ridiculizaban la vacunación.
Edward Jenner (1749-1823) realizando la primera vacunación contra la viruela en 1796 (Gaston Melingue, 1879)
Edward Jenner (1749-1823) realizando la primera vacunación contra la viruela en 1796 (Gaston Melingue, 1879)
Varias caricaturas satíricas aparecidas en los medios de la época son muy expresivas de lo importante que fue esta polémica. Una de ellas, de 1802, muestra al doctor Edward Jenner en el hospital de St. Pancras de Londres e ilustra el miedo y el escepticismo inicial de muchos sobre la perspectiva de ser inoculados con viruela bovina para protegerse de una enfermedad mucho más seria.
La imagen del médico inoculando a una mujer y rodeado de personas a las que les salían en distintas partes de cuerpo, cabezas de vacas, fueron muy difundidas:
Otro grabado coloreado, de 1808, (Fig. 2) muestra a Jenner y dos de sus colegas derrotando a tres opositores antivacunas. Los muertos yacían a sus pies. La leyenda en la base de la imagen dice: "¡VACUNACIÓN contra la VIRUELA o expulsar de la sociedad a los propagadores mercenarios y despiadados de la muerte y la devastación!". Tres hombres siniestros, portando cuchillos ensangrentados, se alejan sigilosamente, derrotados, del heroico Jenner y sus aliados. Un querubín le coloca una corona en la cabeza mientras declara: "El preservador de la raza humana":
Todavía más terrible es la imagen de otra caricatura (Fig.3), donde la vacunación fue representada como una monstruosa vaca enferma que se alimenta de niños.
Los sitios y grupos antivacunas suelen citar el origen del movimiento en la ciudad inglesa de Leicester. La Leicester Anti-Vaccination League (Liga antivacunas de Leicester) se creó en 1869, pero la estrategia que sería elogiada por aquellos que se oponen a la vacunación llegó en 1877 e, irónicamente, surgió del propio estamento médico. El médico forense de la ciudad obligaba a que se reportaran los casos de viruela. Luego aislaba al paciente, ponía en cuarentena a la familia y desinfectaba - y a veces quemaba - sus pertenencias. Originalmente diseñado como algo que se hacía a la par de la vacunación, la Liga lo promovió como una alternativa, y el llamado "método Leicester" se tornó en un desafío creciente. Pero su eficacia fue muy limitada y muy inferior a los resultados obtenidos por la vacunación masiva. En 1898, una nueva Ley de Vacunación introdujo una cláusula que permitía a las personas optar por no vacunarse por razones morales, siendo la primera vez que la "objeción de conciencia" fue reconocida por ley en Reino Unido. Al año siguiente, la notificación de diversas enfermedades, incluida la viruela, se hizo obligatoria. Y, aunque la viruela regresó al Reino Unido a principios del siglo XX, nunca supuso la misma amenaza.
El Dr. George Long vacuna al pequeño Patrick Hogan, mientras los demás niños esperan su turno, el 14 de abril de 1947, en St. Joan of Arc Catholic School, de Queens, New York / Bettmann
El Dr. George Long vacuna al pequeño Patrick Hogan, mientras los demás niños esperan su turno, el 14 de abril de 1947, en St. Joan of Arc Catholic School, de Queens, New York / Bettmann
A medida que se extendió el uso de vacunas, junto con un saneamiento mejorado, la viruela fue expulsada de Europa y América del Norte. La introducción de la vacuna contra la viruela de Edward Jenner generó tanto partidarios como detractores. Los partidarios destacaban la reducción de la mortalidad y la disminución de la gravedad de los brotes, mientras que los opositores expresaban preocupaciones sobre la seguridad y la posibilidad de efectos secundarios graves.
A la luz de la globalización y de la perspectiva sanitaria actual, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, encabezada por Balmis, fue la puerta que abrió a la población el horizonte de la prevención global frente a la enfermedad epidémica y el de la protección pública de la salud. Además, fue pionera en la transferencia de conocimientos y técnicas. No solo fue un programa concreto de vacunación, sino que instauró estructuras organizativas estables de salud pública (las Juntas de Vacunación) con personal adiestrado y sistemas de registro.
Un programa de erradicación global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se lanzó en 1959 y se intensificó en 1967. Además de una muerte vinculada a un laboratorio de Birmingham, el último caso se registró en Somalia, en 1977. En mayo de 1980, la 33.ª Asamblea Mundial de la Salud declaró oficialmente que «el mundo y todos sus habitantes se han liberado de la viruela».
Gracias al eficaz Programa de Erradicación de la Viruela se obtuvieron instrumentos y conocimientos fundamentales sobre la vigilancia de la morbilidad, los beneficios de la vacunación en anillo y la importancia de la promoción de la salud en la lucha contra enfermedades como la poliomielitis y la enfermedad por el virus del Ébola. También sirvió para establecer en el mundo las bases de programas nacionales mejorados de inmunización que ayudaron a consolidar el establecimiento de la atención primaria de salud en muchos países y a trabajar por una cobertura sanitaria universal.
Referencias
Organización Mundial de la Salud (OMS)
Ramírez Martín, Susana (coord.). La expedición de Balmis. La primera lucha global contra las pandemias. Madrid, CSIC/ Geoplaneta, 2022.
Tuells Hernández, José V., Ramírez Martin, Susana. Balmis et variola, Valencia, Generalitat Vaenciana, 2009.
Rosa Ballester
'No vamos a contar mentiras', con la doctora Rosa Ballester, catedrática emérita de Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández
'No vamos a contar mentiras', con la doctora Rosa Ballester, catedrática emérita de Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández
Doctora en Medicina. Es profesora emérita de Historia de la Ciencia en la Universidad Miguel Hernández y fue catedrática de Historia de la Ciencia entre 1986 y 2015 en las facultades de Medicina de las universidades de Alicante y Miguel Hernández. Académica de número y vicepresidenta de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana.
Sus líneas de investigación se centran en las relaciones de España con la OMS, los discursos científicos en la historia de la salud pública, la discapacidad e historia de la poliomielitis, las vacunas y vacunaciones en la historia de Europa, el humanismo y la medicina, y la historia de las reales academias de medicina españolas en el periodo contemporáneo.
‘No vamos a contar mentiras’
Todos los martes, a las 13:45 horas, Miguel A. Goberna, profesor emérito de Matemáticas de la UA, les propone un bulo científico que todos, o casi todos, hemos escuchado o leído en alguna ocasión en un medio de comunicación, en una red social o en un libro.
Serán los profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alicante quienes refutarán esas falsedades. Y es que, como diría Goethe (pero nunca dijo): “¡Ciencia! ¡Más ciencia!”.
