Los vecinos de Carolinas Altas a los que no renuevan el alquiler: "Lucharemos mientras podamos todos a una"

Alicante

Fuenteovejuna está hoy en la calle Pascual de a Mata del barrio de Carolinas Altas de Alicante. Los 15 vecinos y vecinas que habitan los pisos del edificio de los números 23 y 25 no van a claudicar sin luchar. Todos han recibido una notificación de la empresa Hostelería Carrusel S.L, la nueva propietaria, que les comunica que no les va a renovar los contratos de alquiler cuando venzan. De la mano del Sindicat de Barri Carolines, que les asesora, exigen a la propiedad sentarse a negociar nuevas condiciones.

Josefa, Jesús y Ángela viven en este inmueble e insisten en que no van a rendirse sin negociar.

En el inmueble viven familias trabajadoras, algunas en situación de vulnerabilidad, ancianos o con enfermedades crónicas, además de 14 menores en edad escolar y dos bebés recién nacidos. Desde finales de julio que recibieron el burofax, piden, renegociar alquileres con rentas actualizadas pero asequibles.

Jesús recuerda que un día, a mitad de verano, "aparecieron unos carteles en los rellanos y con un número de cuenta bancaria diferente" a la habitual en la que tenían que empezar a abonar el dinero del alquiler. Poco después comenzaron a recibir el burofax en el que se les informaba de que no se van a renovar los alquileres.

"No sé qué va a ser de nosotros", se lamenta Josefa, quien va a cumplir 52 años residiendo en su piso. "Me lo alquiló de manera indefinida", explica, "el antiguo dueño". Ellas es una de las inquilinas que abona una renta antigua, aunque dice estar dispuesta a abonar un alquiler "actualizado pero adecuado a mis ingresos de 800 euros". También recuerda que han sido los vecinos los que se han hecho "siempre cargo" de las reformas de sus casas. Ella ha invertido 18.000 euros en una reforma integral porque "las ventanas de madera se caían y el agua salía marrón".

Mientras, la empresa ya se ha metido en obras en uno de los pisos cuyo inquilino falleció y está actuando en zonas comunes con la excusa de instalar cámaras de seguridad en una comunidad de vecinos donde "nunca" ha habido problemas, dice Elena Bronchalo, miembro del Sindicat de Barri. Tiene claro que la finalidad de la empresa es especulativa.

Le recuerda a la mercantil, con domicilio social en Madrid y vinculada al sector hostelero con varios negocios en Alicante, que hay una moratoria para conceder licencias turísticas a bloques enteros de vivienda. También que "ya tiene vecinos que pagan mes a mes, con los que recuperar la inversión" sin destruir tejido social.

El Sindicat ha calculado el alquiler, siguiendo índices como año de construcción y referencia catastral. Este quedaría en una horquilla entre 330 y 470 euros. Es lo que se ajusta al poder adquisitivo del barrio.

Fini, es también una de las vecinas que reside en el bloque. Paga 300 euros de alquiler y reclama su derecho a quedarse en el barrio. Su contrato vence en noviembre y muchos finalizan a lo largo de 2026.

Ya se han puesto en contacto con la mercantil. El viernes tienen una reunión.