Hermosilla: "Basta con que una familia con hijos se marche de un pueblo de 300 habitantes para que se cierre un aula en el colegio"

Valencia

La Generalitat y la Universitat de València han presentado dos estudios sobre la despoblación en la Comunitat Valenciana. En ellos se analizan 192 municipios de 12 comarcas afectadas por este fenómeno, y se recogen los principales desafíos a los que se enfrentan. El coordinador del estudio es el catedrático Jorge Hermosilla, director del grupo de investigación Estepa, adscrito al Departamento de Geografía de la Universitat de València desde 1998, ha explicado en La Ventana Comunitat Valenciana, que “hay una base común evidente: la pérdida de población en los distintos municipios y comarcas que la padecen”. Según los datos del estudio, más de 190 municipios y una docena de comarcas están afectados por este proceso. “Lo hemos podido demostrar municipio por municipio: el proceso de despoblación surge a principios del siglo XX. Llevamos 125 años en los que hay territorios valencianos que van perdiendo población, con momentos de mayor o menor intensidad”, ha señalado. “Desde la crisis de la filoxera o la gripe de 1918 hasta hoy, los municipios han ido perdiendo población. Se intensifica en los años 60 y 70 con el proceso de urbanización de la sociedad valenciana”.

Un fenómeno estructural

Hermosilla ha insistido en que “la despoblación no es coyuntural, sino estructural”. Y ha advertido: “Quien piense que se soluciona en una legislatura está muy equivocado. Esto requiere tiempo, diagnóstico realista y estrategias bien definidas”.

Entre los efectos más preocupantes, el investigador ha enumerado el envejecimiento poblacional, la pérdida de servicios públicos, la baja densidad demográfica y la gran vulnerabilidad socioeconómica.

“Uno de cada 50 vecinos vive en estos territorios”

El estudio revela que actualmente, solo uno de cada 50 vecinos de la Comunitat vive en estos territorios. “En 1900, estos municipios concentraban unos 250.000 habitantes. Hoy, apenas superan los 110.000”, ha explicado Hermosilla. “La densidad media de población en estas zonas es de apenas 10 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando la media de la Comunitat Valenciana está en 230. Diez. Eso es un auténtico desierto demográfico”.

Aunque reconoce que algunos colegas prefieren evitar ese término por su carga despectiva, Hermosilla defiende que “es la realidad”. Y añade: “No se trata de territorios muertos. Quienes estamos comprometidos con el territorio abogamos por acciones que reviertan esta tendencia regresiva”.

Territorios contradictorios

El estudio también pone de relieve las contradicciones que viven estos municipios. “Cuando visitas un pueblo, lo primero que piensas es que la calidad de vida debe ser buenísima. ‘Qué bien se debe vivir aquí’. Pero para el vecino, el que tiene problemas de servicios públicos, el que no tiene un bar, el que tiene muy pocas aulas en el colegio… esa es la gran contradicción”, ha explicado.

Además, Hermosilla ha señalado que se trata de territorios con una profunda crisis social que afecta especialmente a mujeres, mayores y jóvenes. “También hay una alta precarización del mercado laboral. El tipo de empleo que se ofrece en estos municipios tiene una alta proporción de precariedad. Es evidente”.

Vulnerabilidad extrema

“La vulnerabilidad es muy alta. Basta con que una familia con hijos se marche de un pueblo de 300 habitantes para que se cierre un aula en el colegio”, ha ejemplificado. “O al revés: un pueblo que no tiene bar, y el hecho de abrir uno ya genera una sede social”.

El investigador ha destacado también el papel del medio físico como condicionante. “Si cogiésemos un mapa topográfico, la característica común de estos 192 municipios es la pendiente. No tanto el relieve, sino que son términos municipales con muchísima pendiente. Relieve montañoso”, ha explicado. “¿Qué agricultura puedes hacer? Abancalada. ¿Cómo te puedes comunicar? Accesibilidad muy complicada”.

Diagnóstico y herramientas

A pesar de la complejidad del fenómeno, Hermosilla defiende que los estudios presentados ofrecen herramientas útiles para diseñar políticas eficaces. “Todo proceso serio y maduro requiere un diagnóstico acertado de la realidad territorial. Hoy por hoy sabemos cuáles son los procesos territoriales que están condicionando —no digo determinando, pero sí condicionando— esos territorios”.

Y concluye: “Hay que tener muy claro un diagnóstico real, práctico y realista de cuál es la situación de estos territorios. Y a partir de ahí, establecer determinadas estrategias”.

El turismo como atractivo

Hermosilla pone el acento, también, en el patrimonio cultural, histórico y natural de los municipios de la Comunidad Valenciana que están en estos enclaves. "Tiene una doble misión en estos territorios de forma muy científica. sintética. La primera, la acción social. El sentimiento de pertenencia, el sentimiento de arraigo que tiene la sociedad local procede en gran medida del patrimonio cultural y del patrimonio natural que tiene. Y en segundo lugar, el patrimonio puede puede ser uno de los recursos territoriales para la actividad económica, ¿a través de qué? Del turismo. Ahora bien, una cuestión son los recursos turísticos y otra bien distinta distinta los productos turísticos".

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