Este es el estado actual de las macroplantas solares en La Costera

Xàtiva

La construcción de dos macroplantas solares en Llanera de Ranes y Moixent sigue generando oposición en la comarca de La Costera. El Ministerio para la Transición Ecológica proyecta la instalación de más de 34.000 paneles solares, con una inversión de 34 millones de euros, con el objetivo de abaratar los costes del trasvase Júcar-Vinalopó. Para ello, se prevé la expropiación de unas 70 hectáreas de terreno agrícola, lo que ha desatado el malestar vecinal.

Alegaciones al proyecto

Durante el periodo de exposición pública, vecinos, colectivos ecologistas, ayuntamientos y la Mancomunitat de la Costera-Canal han presentado cerca de 500 alegaciones contra el proyecto. Asociaciones como Acció Ecologista Agró, ADENE o La Garrofera han mostrado su apoyo a las reivindicaciones, que se llevarán también a la Subdelegación del Gobierno el próximo 16 de abril de 2026.

Santiago Gasset, miembro de la Coordinadora d’Acció Ecologista Agró, ha señalado en declaraciones a Radio Xàtiva que el proyecto está actualmente paralizado, a la espera de que el Ministerio elija entre dos posibles ubicaciones y se abra un nuevo plazo para presentar alegaciones al estudio de impacto ambiental. Sin embargo, ha advertido que la preocupación sigue siendo alta debido a la suma de proyectos que afectan al territorio: “No son solo macroplantas solares, también hay proyectos de líneas de alta tensión y de parques eólicos. La comarca está saturada de infraestructuras”.

La perspectiva de los ecologistas

Los colectivos ecologistas denuncian además que estas iniciativas suponen pérdida de suelo agrícola y de puestos de trabajo. Según sus cálculos, 100 hectáreas de parque fotovoltaico generan apenas un empleo, mientras que 5 hectáreas de cítricos ya crean uno. “Estamos perdiendo oportunidades económicas para la agricultura y fragmentando el territorio”, ha lamentado Gasset.

Almansa-Montesa

En paralelo, continúa la batalla judicial contra la línea de alta tensión Almansa-Montesa, a la que los vecinos planean presentar recurso antes de fin de mes, ya que consideran que las obras de ampliación de la subestación de Montesa se iniciaron antes de la resolución definitiva, lo que podría constituir una ilegalidad.

Los movimientos vecinales insisten en que no se oponen a las energías renovables, pero reclaman una planificación que no hipoteque el futuro agrícola de la comarca ni agrave el despoblamiento rural. “La esperanza es lo último que se pierde, pero aún tenemos ganas de luchar”, ha concluido Gasset.