Un biosensor valenciano para detectar virus en el aire: rápido, sencillo y barato

Valencia

Un equipo de la UPV y de la UV desarrolla un biosensor que permite detectar virus en el aire de forma rápida, sencilla y económica. Hablamos, en La Ventana Comunitat Valenciana, con Patricia Noguera, investigadora del Instituto Interuniversitario de Investigación de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) en la Universitat Politècnica de València.

“La principal novedad del biosensor que hemos desarrollado es que no requiere reactivos adicionales”, explica. “Es algo, aunque no podemos decir que sea igual, como el test de COVID, que tú lo llevas a un sitio, te dará un numerito y te dará un resultado sin necesitar de añadir reactivos ni nada”.

Para entenderlo mejor, Noguera propone una analogía: “Lo más similar a esto sería un glucometro, los medidores de glucosa que mucha gente utiliza, lamentablemente, y que miden la glucosa en la sangre. Pues sería algo parecido, pero en otra matriz, que en lugar de ser líquida como es la sangre, sería en el aire ambiental de lugares cerrados, eso sí”.

Proceso rápido

Sobre su aplicación, señala: “Este sería un dispositivo que podríamos colocar en un ambiente cerrado, que lógicamente la gente no podría tocar para que nadie lo manipulara, por el cual estaría pasando el aire. En el momento que detectáramos, o si ese sensor está determinado para un patógeno concreto, en el momento en que haya una cantidad mayor de la habitual, podría dar una alarma. Respecto a los locales, cualquier local cerrado que se nos ocurra: aulas, hospitales, cines, granjas, cualquiera. La aplicación es muy grande. Tiene muchísimas: en colegios, hospitales, por ejemplo”.

El proyecto está aún en fase de desarrollo. “Estamos en la fase de prueba de concepto y luego ya desarrollarlo para cada uno de los diferentes patógenos requiere dedicarle un poquito de tiempo. Llevamos trabajando en esto ya unos tres años”.

Frente a los métodos actuales, el biosensor ofrece una ventaja clara: “Lo que normalmente se hace es coger la muestra, hay que muestrear un tiempo determinado dependiendo de la metodología, luego hay que llevarla al laboratorio y luego el laboratorio da un resultado. Esto no. Esto sería la respuesta inmediata”.

Barato y empresas interesadas

La investigadora insiste en la sencillez del dispositivo: “La electrónica es muy sencilla, muy económica y barata. Estamos hablando de que un sensor pudiera estar al precio de 1 euro o menos si se hacen más”.

El equipo ya ha patentado el desarrollo y busca empresas interesadas en comercializarlo. “Tenemos la patente y lo que estamos ahora es precisamente intentando ver que haya varias empresas interesadas y a ver si podemos empezar a trabajar ya con ellas para intentar darle el salto a lo que sería la comercialización. Esto es uno de los objetivos, la transferencia que siempre hemos hablado desde las universidades”.

Pero como suele ocurrir con la investigación, el camino no es fácil. “No aparece en las primeras portadas y es un proceso lento cuando no tienes financiación, que es lo que siempre estamos buscando: financiación, fuentes para conseguir dinero para personal, para material, horas nuestras también. Es todo la pescadilla que se muerde la cola”.

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