El ratón envidioso

Alcoy

La historia de este mes trata sobre lo destructiva que puede ser la envidia.

Hace mucho tiempo, un ratón vivía en una pastelería, por las noches salía de su escondrijo y recogía las migajas que encontraba por el suelo. Con esas migajas tenía suficiente para sobrevivir.

Un día observó como el pastelero le daba un trozo de pastel a un perro y lleno de envidia pensó:

• ¿Por qué migajas para mí y pastel para él? Si yo no voy a tener pastel, nadie lo tendrá.

Aquella noche el ratón salió de su escondrijo y destrozó todo lo que encontró: rompió los sacos de harina, se revolcó en la masa que el pastelero había dejado reposando…

A la mañana siguiente el pastelero descubrió el desastre causado por el ratón, así que puso trampas para cazarlo. El envidioso animal no tardó en caer en una de las trampas y perder su vida, mientras que el perro continúo disfrutando de los pasteles.

La envidia puede ser muy dañina y acabar perjudicando a quien la padece. El envidioso destruye sin tener en cuenta las consecuencias, que pueden llegar a acabar con él. Seamos como el perro y agradezcamos todas las cosas buenas que nos lleguen.

Me vais a permitir que, con unos días de adelanto, felicite a la persona que está a mi lado en los buenos y los malos momentos desde hace más de treinta años.

Miguel, moltíssimes felicitats en este canvi de dècada, hauràs d’esperar uns dies per a celebrar-ho com toca, però segur que val la pena eixa espera.