“Vivimos con miedo y ruido”: los vecinos del casco antiguo de Xàtiva reclaman una respuesta inmediata
La asociación vecinal denuncia que el barrio se ha convertido en un “circuito de velocidad” y pide medidas firmes contra la inseguridad y las ocupaciones ilegales

Entrevista a Eduardo Cuñat en "Hoy por Hoy Xàtiva"
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Xàtiva
La Associació Veïnal Casc Antic Digne i Viu ha hecho público un nuevo comunicado en el que expresa su grave preocupación por la degradación de la convivencia en el casco antiguo de Xàtiva. En el documento, registrado este fin de semana, el colectivo denuncia la falta de control sobre el tráfico, el exceso de ruido, las ocupaciones ilegales de viviendas y diversas conductas incívicas que —según señalan— están alterando la vida vecinal.
Los residentes aseguran que sus calles se han convertido en un “circuito de velocidad” donde motocicletas y patinetes eléctricos circulan sin respetar las normas y generan un constante ruido. También lamentan que el cierre de la Plaza de la Trinidad ha provocado desvíos indebidos por calles estrechas como Sant Josep, sin que se adopten medidas correctoras.
Otro de los puntos que preocupa al vecindario es el incremento de las ocupaciones ilegales, especialmente aquellas vinculadas a problemas de orden público como drogas, peleas o ruidos nocturnos en zonas como la Plaza Roca o la Plaza de la Seu. La asociación reclama una intervención inmediata de las autoridades locales, la Policía Local, la Policía Nacional y la Guardia Civil para frenar esta situación.
Exigencias
Entre las exigencias planteadas destacan la creación de la prometida policía de barrio, una vigilancia continua en las zonas más conflictivas, la aplicación efectiva de sanciones por incumplir las ordenanzas y la puesta en marcha de un plan integral de pacificación del tráfico en el casco antiguo. Además, los vecinos piden una mejora en la limpieza y recogida de residuos, así como una adaptación de los horarios y vehículos del servicio de basuras para no perturbar el descanso nocturno.
Desde el colectivo vecinal insisten en que el casco antiguo debe entenderse como una “microciudad dentro de la ciudad”, que requiere una política urbanística coherente y sostenible, más allá de medidas aisladas o puntuales.





