El Supremo confirma la condena al alcalde de Benferri (Alicante) por acoso laboral al secretario
La sentencia mantiene que el ambiente laboral "hostil y el comportamiento del alcalde hacia él son potencialmente traumáticos para cualquier persona"

Luis Vicente Mateo, alcalde de Benferri (PSPV) / Facebook Ayuntamiento Benferri

Alicante
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha inadmitido el recurso de casación interpuesto por el alcalde socialista del municipio alicantino de Benferri, Luis Vicente Mateo, contra la decisión del Juzgado de lo Penal número tres de Orihuela de condenarle a cuatro meses de cárcel por un delito de acoso laboral al secretario-interventor del consistorio. De esta forma, el alto tribunal ha confirmado la pena en una resolución contra la que no se puede recurrir.
La sentencia, que se conoció en marzo de 2023, pocas semanas antes de las elecciones municipales que acabó ganando, también impone al primer edil una indemnización al perjudicado de 38.660,80 euros por días de curación y otros 3.914,74 por secuelas. El funcionario estuvo tres veces de baja en varios periodos en 2015 y entre 2016 y 2018.
Esta decisión la ha ratificado el TS en una providencia, fechada a 10 de julio de 2025, en la que detalla que entre ambas partes "existía inicialmente una relación cordial en el ámbito laboral y personal, circunstancia que cambió a partir de una fecha" en la que el secretario, "ante unos pagos realizados con cargo al erario público y propiciados por el alcalde, decidió reforzar el ejercicio de sus funciones de fiscalización de gastos, que tiene legalmente encomendadas".
Este hecho, ha continuado, "provocó que el acusado reaccionará iniciando una actitud de hostigamiento hacia él, lo que le ocasionó un menoscabo psíquico y una grave perturbación en sus relaciones en el ámbito laboral", algo que afectó también a su "vertiente personal".
Además, en los plenos del Ayuntamiento, el alcalde permitió que concejales de su partido afirmaran en público que el secretario-interventor "colaboraba con el grupo político de la oposición", con el "consiguiente desprestigio para este", al que, como funcionario, se le presupone el ejercicio "imparcial y objetivo" de sus funciones. Se llegó a decir que era el "quinto concejal" del PP.
"Baja los humos"
Según recuerda el TS, Mateo, mientras presidía el pleno, "faltó al respeto en público" al técnico, "que tiene la obligación legal de asistirle y redactar las actas". De hecho, en una sesión "le alzó la voz y le retiró los folios" y le espetó expresiones como "baja los humos, te doy una orden".
Asimismo, en otro pleno se le denegó la palabra "reiteradamente" y en otro "no se le permitió" leer los informes elaborados sobre los temas que se estaban discutiendo y que habían sido solicitados por ediles de la oposición.
El alcalde incluso quitó "autoridad" al secretario-interventor "en presencia de otros funcionarios". En concreto, una vez en la que "había dado instrucciones a una funcionaria" sobre la forma de tramitar expedientes.
En ese momento, el alcalde, cuando ambos se encontraban en el interior del despacho de este, le "reprendió" a "gritos" por lo que había hecho y le llegó a "impedir que abandonara su despacho". "Una vez que lo consiguió, le siguió gritando en presencia de otros funcionarios del Ayuntamiento, con el consiguiente menoscabo de su credibilidad profesional", ha apuntado la resolución.
Asimismo, Mateo dictó un decreto por el que una vez auspiciada la modificación de relación de puestos de trabajo del consistorio, con la cesión a otros empleados de "funciones que hasta entonces había desempeñado" el secretario, propuso subir las retribuciones a esos funcionarios y no a este último. Tras ello, "vio afectada su salud psíquica" y estuvo de baja laboral.
"Aislamiento" y "asfixia profesional"
Cuando se reincorporó, el perjudicado "sufrió un aumento en su situación de aislamiento" y el primer edil dispuso que "cualquier comunicación que tuviera que hacer" con el personal del Ayuntamiento "fuera, no ya por correo electrónico como se había propuesto, sino a través del propio alcalde", una medida "inoperativa" y que obstaculizó "gravemente" sus funciones.
La providencia recuerda igualmente que el alcalde "exigía" al secretario que emitiera informes "en plazos muy breves o sin facilitarle a tiempo el material necesario". Una actuación que, tras prohibirle que acudiera a su puesto de trabajo en el consistorio por las tardes, "provocaba deliberadamente" que "no pudiera cumplir debidamente sus obligaciones, lo que justificaba que se instaran los correspondientes expedientes disciplinarios", por lo que "de esta forma" aumentó su "sentimiento de asfixia profesional".
También recalca que Mateo "llegó a informar" a la plantilla de que "la responsabilidad de la falta de pago de las nóminas mensuales de los trabajadores" era del secretario-interventor, algo que buscaba "apartar" al afectado "del resto del personal" municipal, "lo que dio lugar a una reacción adversa de sus compañeros".
La resolución menciona que "todas estas conductas fueron adoptadas a sabiendas" de que "contribuían al aislamiento, hostigamiento y acorralamiento" del secretario "en el ejercicio de sus funciones y con la intención de que así fuera, logrando con ello minar su estima personal y profesional". Como consecuencia de esta situación, el trabajador estuvo por segunda vez de baja laboral casi dos años.
Además, cuando regresó de su baja, el alcalde dispuso "trasladarle a otro despacho en la planta baja del edificio, a fin de arrinconar y apartar" a esta persona del resto de funcionarios, "con los que necesitaba relacionarse para el adecuado desarrollo de sus funciones", y ordenó que cualquier comunicación o instrucción que tuviera que dar "se realizará por escrito a través de los agentes de la Policía Local". Nuevamente, estuvo de baja unos meses.
"Desgaste físico y psicológico"
El TS recuerda que esta situación "creó al perjudicado un desgaste físico y psicológico y un menoscabo en la salud, dado que había estado expuesto a un ambiente laboral hostil" y que las circunstancias en las que tuvo que desarrollar su trabajo y el comportamiento del alcalde hacia él son "potencialmente traumáticos para cualquier persona". Por este motivo, "padece un trastorno adaptativo mixto compatible con ansiedad y ánimo deprimido".




