Discursos de odio y libertad de expresión

Alicante

En estos días previos al aniversario de la DANA y dentro de su gira de universidades, el agitador ultra Vito Quiles visita València y Alicante. Citas a las que acude sin pedir autorización, sabiendo que no la va a recibir y mostrándose como una víctima de la censura.

Y en este punto llegamos a la libertad de expresión, que es un derecho básico cuyos límites tienen que ser excepcionales. En una sociedad plural tenemos que aceptar discursos que vayan contra nuestras convicciones. En este sentido, el único límite son los llamados discursos del odio, que fomentan la violencia contra un grupo vulnerable.

Incluso, colectivos como Amnistía Internacional creen que, salvo que estemos ante un caso de graves violaciones de derechos humanos, la respuesta nunca debería ser la penal. Lo cual demuestra una tremenda generosidad y una comprensión que nunca entenderán intolerantes como el tal Quiles y otros colectivos que le corean y que, eso sí, se hinchan a presentar demandas judiciales intimidantes contra periodistas, humoristas, colectivos LGTBI, educadores o incluso jueces y fiscales porque supuestamente les ofenden.

Y lo peor es que, a veces, esas demandas prosperan.

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