29-O: una gestión de la DANA llena de agujeros
Analizamos los importantes vacíos en la gestión de la emergencia que, con el paso del tiempo, se han ido confirmando

29-O: una gestión de la DANA llena de agujeros
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València
Que ese 29 de octubre fallaron muchas cosas es evidente a tenor de las revelaciones que se han ido conociendo y que han acabado incorporándose en la instrucción. Revelaciones que han puesto en evidencia los enormes agujeros que se produjeron en la gestión de la emergencia por parte de la Generalitat.
El Consell subestimó el peligro de una gota fría
El primero de los agujeros, el de subestimar una gota fría, el pecado original, el fallo que podría explicar el resto: Mazón y su gobierno relativizaron el peligro de una gota fría. Algo que contrasta con lo ocurrido hace unas semanas. Aquel 29 de octubre las alertas eran del mismo color rojo que hace justo un mes, el 29 de septiembre. Ese día, el 29 de septiembre, se suspendieron las agendas, se paralizó casi toda la actividad. Hace un año... no.
A pesar de la suspensión de las clases de la universidad, a pesar de que la Diputación envió a sus trabajadores a casa, el gobierno valenciano y Mazón, deciden mantener su agenda, incluida una comida en un céntrico restaurante.
Ni el nivel 1 de emergencia en la Ribera, ni las alertas hidrológicas, los rescates o las carreteras cortadas desde primera hora de la mañana, ni la UME, ni siquiera una reunión de un CECOPI es motivo suficiente para suspender el encuentro con la periodista valenciana en un céntrico restaurante de València.
Los servicios de prevención y emergencias fallaron
Este es uno de los agujeros de ese día, pero hay más, y muchos tienen que ver con la gestión que se hizo de la propia emergencia. Quizás lo más grave, y así lo ha hecho saber la jueza de Catarroja en numerosos autos, es la falta de avisos a la población. No solo el envío tardío de la Es-Alert, que se redacta para avisar de la posible rotura de Forata, no para advertir de la avenida del Poyo.
O avisos sobre el mal tiempo y recomendaciones como los que quizás se hubieran podido dar a los usuarios de teleasistencia y por los que también ha preguntado la instructora. 37 de los 229 fallecidos, recordemos, son beneficiarios de este servicio. Y no es éste el único agujero señalado por la jueza. Está también la vigilancia de los barrancos.
Los agujeros del relato de Mazón
Estos meses hemos asistido a cambios de versiones, a verdades a medias, cuando no alguna mentira. Lo último es que el president no fue directamente al Palau al salir del Ventorro. Acompañó antes a la periodista hasta el parking. Lo que hizo después hasta llegar a su despacho sigue siendo una incógnita.
Hay más elementos de esa opacidad. Mazón enredó con la factura diciendo que la había pagado el partido. Luego dijo que estuvo permanentemente comunicado, aunque el cotejo de llamadas con Salomé Pradas confirma que no le cogió el teléfono en varias ocasiones.
Mención especial requiere lo de las llamadas esa tarde a los alcaldes afectados por la DANA. Se dijo que esa tarde el presidente habló con varios alcaldes, pero la Generalitat fue incapaz de detallarlos porque no fue así, como pudo comprobar la SER después de llamar a una veintena de ellos.
Y luego está la conversación de la técnica de Emergencias y la técnica de AEMET que la Generalitat difundió recortada para hacer creer que AEMET había dicho que la DANA se acababa a las 6 de la tarde, cuando en realidad la meteoróloga advertía del riesgo de fuertes lluvias en el interior de la provincia de Valencia por la tarde mientras se dirigía hacia la serranía de Cuenca. La revelación de la llamada y su posible uso manipulado está siendo investigada por la justicia.
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Julián Giménez
Licenciado en Ciencias de la Información por el CEU San Pablo de Valencia y Máster en Comunicación y...




