El campo, aliado frente a las DANAs: cómo la agricultura y la ganadería pueden mitigar los efectos de las lluvias torrenciales

Dénia

Coincidiendo con el primer aniversario de la DANA que en 2024 afectó gravemente a la provincia de Valencia, el espacio A Peu de Bancal de Radio Dénia SER abordó esta semana cómo el campo puede convertirse en una herramienta esencial frente a las lluvias torrenciales que cada vez afectan con mayor frecuencia al litoral mediterráneo.

El técnico medioambiental de la Xarxa Agrícola, Agustí Espí, subrayó que la agricultura y la ganadería no deben verse únicamente como víctimas del cambio climático, sino también como parte de la solución. “La agricultura es la primera barrera contra la lluvia intensa”, señaló, explicando que mantener cubiertas vegetales y suelos vivos permite que la tierra actúe como una esponja que absorbe el agua, en lugar de comportarse como un “tobogán” que la lanza pendiente abajo, favoreciendo la erosión.

Espí insistió en la importancia de conservar los bancales tradicionales de la Marina Alta, que actúan como escalones naturales y reducen la velocidad del agua, evitando riadas y pérdidas de suelo. Asimismo, destacó el papel de la ganadería extensiva como aliada del equilibrio ecológico: “Los animales, si están en densidad baja, no compactan el suelo; al contrario, favorecen la fertilidad y mejoran la infiltración del agua”.

En relación con la gestión de ríos y cauces, el técnico defendió las soluciones basadas en la naturaleza, apostando por eliminar vegetación invasora como la caña india y recuperar especies autóctonas que estabilicen el terreno. A su juicio, “toda inversión en el sector agrario y forestal revierte directamente en la mitigación de los daños futuros”, recordando que la reparación de los desastres siempre resulta “mucho más cara que la prevención”.

Espí advirtió finalmente que el aumento de la temperatura del Mediterráneo está intensificando los episodios de lluvias extremas y urgió a repensar la planificación del territorio: “Hemos construido muy mal, taponando las salidas naturales hacia el mar. No nos queda otra que aprender a convivir con las lluvias torrenciales y prevenir para que el agua llegue al mar de la mejor forma posible”.