El ingeniero que afrontó la rotura de la presa de Tous en 1982: "Si llegamos a abrir las compuertas la tragedia habría sido mayor"

Valencia

La pantanada de Tous y la DANA de 2024, una historia que se repite. Esa es la sensación, sobre todo cuando se hablaba de la posible rotura de la presa de Forata, que tuvo el 29-O del año pasado Jesús González Marín, el ingeniero técnico responsable de la presa de Tous, y que estuvo en la misma el día que se desmoronó. En 'Hoy por Hoy Valencia', Jesús ha querido recordarnos cómo fue aquel terrible día.

Aquel 20 de octubre de 1982 había empezado a llover con mucha intensidad. Cuando Jesús González intentó llegar a la presa de Tous para su jornada de trabajo se encontró con que el camino de acceso era intransitable y varios vehículos se habían detenido sin poder continuar. Al final pudieron llegar a la presa sobre las nueve y media de la mañana y lo que vieron fue espeluznante: un auténtico mar de leña que no dejaba ver el agua, que llenaba la presa y seguía subiendo.

La primera decisión fue intentar abrir las compuertas, tuvieron que maniobrar por túneles sin luz ya que no había suministro eléctrico, y el grupo electrógeno estaba inundado. Cada compuerta pesaba 124 toneladas. El primer intento, ante la falta de electricidad, fue manual, pero rompieron las tres llaves de cada compuerta pese a los intentos desesperados por abrirlas. Intentaron conseguir más grupos electrógenos, pero por varias razones, fue imposible. Todo salió mal aquel fatídico día.

A media tarde, sobre las seis, llegó un Land Rover de la Guardia Civil que tenía emisora, así que subieron al punto más alto, y Jesús González tuvo una ocurrencia que posiblemente salvó muchas vidas: comunicó a las autoridades que la presa de Tous había reventado, cuando aún no lo había hecho, y que había que evacuar urgentemente a las poblaciones cercanas. Poblaciones que fueron avisadas, excepto Carcaixent, donde hubo más fallecidos.

Finalmente, la presa no resistió más. Jesús asegura que el sonido del estruendo no se le olvidará nunca, ni a él ni a los que le acompañaban esa noche en las oficinas de la presa de Tous.

¿Qué habría pasado si hubiesen podido conseguir abrir las compuertas y aliviar la presión de la presa? Jesús González se pregunta lo mismo: habrían salido unos 7.000 metros cúbicos por segundo a las diez de la mañana, y sin haber avisado a las poblaciones. La tragedia podría haber sido peor todavía, pues el agua habría alcanzado a las poblaciones sin ningún aviso ni posibilidad de evacuación.

Tras un largo periplo judicial, y pese a haber sido absuelto por la Audiencia Provincial, Jesús González fue declarado por el Tribunal Supremo único culpable por no disponer de grupos electrógenos sustitutivos. Y ello pese a reconocer los notables esfuerzos que hizo para afrontar la dramática situación. Aún a día de hoy, Jesús se siente una cabeza de turco. Hacía falta un culpable, y lo encontraron a él. No fue pena, sino multa por una falta.

Durante los varios juicios, el hijo de 8 años de Jesús enfermó y acabó falleciendo de cáncer. Desde ese día, Jesús se ha dedicado, al margen de su trabajo como ingeniero de recursos hidráulicos de la Generalitat hasta su jubilación, a la lucha contra el cáncer infantil, impulsando Aspanion, entidad de la que sigue siendo presidente.

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