Lola Moreno (USCA): “La seguridad aérea solo puede garantizarse plenamente desde lo público”

valencia

València acoge hasta este 13 de noviembre el XXXVII Congreso de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), en un contexto marcado por cifras récord de tráfico aéreo en España. En este marco, Lola Moreno, presidenta de UCAS, ha abordado, en La Ventana Comunitat Valenciana, los principales retos del colectivo, subrayando la importancia de la seguridad y la cultura de la notificación.

En 2024 se gestionaron más de 2.400.000 vuelos en España, lo que implica la seguridad de unos 360 millones de vidas. “La seguridad es vital en nuestro ámbito, y en este contexto destacamos la cultura de la notificación”, ha afirmado. “La cultura de la notificación no es solo una herramienta técnica, es una filosofía de trabajo basada en la confianza. Cuando se crea un entorno donde podemos comunicar sin miedo eventos de seguridad, se aprende de cada uno de ellos y eso fortalece el sistema entero”, ha explicado.

Moreno ha defendido el modelo conocido como 'Just Culture', como eje de la mejora continua.

Diferencias entre lo público y lo privado

La presidenta de USCA ha señalado que en Enaire, empresa pública en la que trabaja, se fomenta activamente la notificación, mientras que en los proveedores privados “las notificaciones son casi inexistentes, lo cual es algo a mejorar”.

“Tenemos bastantes afiliados en el sector privado y ha habido despidos por temas de notificaciones o por negarse a incumplir normas. Han sido despidos improcedentes. Ahí están las represalias que hay en empresas privadas, mientras que una empresa pública como Enaire utiliza la notificación para mejorar el sistema y la seguridad de la aviación para todos”, ha denunciado.

Torres privadas y servicio público

Moreno recordaba que no todas las torres de control en España son públicas, y que las condiciones laborales y de seguridad difieren. “Las condiciones laborales no son el problema de fondo. Lo que debe primar son las condiciones de seguridad y de servicio público que requiere este tipo de trabajo”, ha afirmado.

En este sentido, ha criticado la situación de algunas torres privadas, especialmente las gestionadas por Saerco. “Dijo que no podía dar servicio, que entraría en quiebra. Eso, para un servicio público, es inadmisible”, ha señalado. “Varios cabildos en Canarias pidieron que se recuperara el control público de esas torres, porque hacen un servicio social muy importante a la ciudadanía”.

Moreno ha contrastado esta situación con la de torres públicas como la de Tenerife, donde se han ampliado horarios y convocado plazas adicionales para mejorar el servicio. “En las privadas, al estar limitadas por licitaciones, lo que prima es el tema económico”, ha advertido.

Nuevos actores en el espacio aéreo

La presidenta de USCA también ha abordado el impacto de los drones en la gestión del espacio aéreo. “Es un nuevo actor con el que tenemos que trabajar e incorporar en nuestro día a día. El reto es integrar esas operaciones sin poner en riesgo la seguridad general”, ha explicado. “Esto se consigue con planificación, una regulación clara —que se está desarrollando— y una formación adecuada. Al final, el dron es una aeronave más y hay que tenerla en cuenta”, ha añadido. Moreno ha destacado que los operadores aportan datos que permiten mantener la seguridad en operaciones que incluyen pasajeros, servicios policiales, trasplantes, entre otros.

Quince años del cierre patronal

Moreno ha recordado el cierre patronal de 2010, que paralizó el espacio aéreo español. “Fue una situación en la que fuimos chivos expiatorios para facilitar la privatización de AENA. Quince años después, se siguen gestionando las relaciones laborales con la normativa que salió de allí”, ha lamentado. “Dos años después, una sentencia nos exculpó completamente de todo lo que pasó en aquel momento. Nosotros como colectivo miramos hacia el futuro y esperamos que la empresa también sea capaz de hacerlo”, ha afirmado.

Conclusión: lo público como garantía

Para cerrar, Moreno ha sido contundente: “La seguridad aérea es lo primero. Y solo una empresa pública puede garantizarla plenamente, porque las empresas privadas tienen otros objetivos, como el beneficio económico. Eso justifica nuestro trabajo”.

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