Trump contra la ciencia: el falso vínculo entre paracetamol y autismo
Diferentes sociedades científicas y asociaciones han respondido emitiendo comunicados que señalan que el paracetamol puede utilizarse durante la gestación, de acuerdo con las recomendaciones oficiales

No vamos a contar mentiras: «Trump contra la ciencia: el falso vínculo entre paracetamol y autismo»
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Alicante
La Administración Trump anunció el 22 de septiembre de 2025 una supuesta relación entre el uso de paracetamol (DCI) o acetaminofén durante el embarazo y un mayor riesgo de autismo en los hijos, según adelantó The Washington Post.

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Del mismo modo, La Casa Blanca también ha aprobado el leucovorin, un fármaco utilizado contra el cáncer y la anemia, como un potencial tratamiento para autismo. Esta propuesta contrasta con las recomendaciones médicas internacionales, dado que hay una ausencia de pruebas sólidas basadas en la evidencia para implementar dicho tratamiento (Martínez Ron, & Pérez Mendoza, 2025; Vidal Liy, 2025).
Sin embargo, diferentes sociedades científicas y asociaciones han respondido a la Administración Trump emitiendo comunicados que señalan que el paracetamol puede utilizarse durante la gestación, de acuerdo con las recomendaciones oficiales.
Sinopsis de la refutación
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por déficits en la comunicación social, la interacción social y patrones repetitivos y restringidos. Los patrones de comportamiento restrictivos suelen implicar fenómenos motores repetitivos, como estereotipias, intereses circunscritos, compulsiones y problemas de conducta debidos a alteraciones sensoriales. La prevalencia global del TEA es de alrededor del 1 % y afecta con mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres (APA, 2022).
La prevalencia del TEA tanto en mujeres como en hombres ha aumentado en todo el mundo, con un incremento del 312 % en los Estados Unidos desde el año 2000. En otras palabras, uno de cada 36 habitantes de los Estados Unidos ha sido diagnosticado con TEA, y se han detectado tendencias similares en otros países desarrollados (p.ej.: Maenner, 2020; Russell et al., 2022). España tiene una prevalencia del 1,55 % (Morales-Hidalgo et al., 2018). Según un meta-análisis, el 0,77 % de los niños de todo el mundo son diagnosticados con TEA, y los niños varones representan el 1,14 % de este grupo. Cabe destacar que Australia presentó la tasa de prevalencia más alta, con un tamaño del efecto de 2,18, lo que la convierte en un área crítica para la salud pública (Issac et al., 2025).


El sistema nervioso entérico (SNE) es un sistema complejo de neuronas y glía en la pared intestinal que forma parte del sistema nervioso autónomo. Está compuesto por una red calculada en 100 millones de neuronas, tantas como en la médula espinal, repartidas por los 10 metros aproximados del tubo digestivo.
El SNE se encarga de funciones autónomas, como la coordinación de reflejos intestinales, la regulación de la secreción, las contracciones peristálticas, la absorción, la sensación de saciedad, las funciones inmunes y el eje intestino-cerebro. La hipótesis del eje microbiota-intestino-cerebro del TEA postula que existen vínculos entre los síntomas gastrointestinales, la microbiota intestinal y los síntomas del TEA. El eje intestino-microbiota-cerebro es un sistema de comunicación bidireccional que conecta las vías neuronales, inmunitarias, endocrinas y metabólicas (Andreo-Martínez et al., 2022). Sin embargo, a nivel etiológico se ha señalado que el TEA intervienen múltiples factores siendo los epigenéticos y los genéticos los más investigados actualmente.
Somos lo que comemos y el producto de la experiencia epigenética de nuestros ancestros. Un alimento puede influir en nuestro bienestar físico y mental de forma positiva o negativa. Se conoce el efecto beneficioso de ciertos alimentos que ahora llamamos en ciencia prebióticos (p.ej.: zanahoria, ajo, avena, cacao, etc.). Del mismo modo, estudios recientes han señalado niveles bajos de bacterias como el bifidobacterium (Andreo-Martínez et al., 2022; Climent-Pérez, Martínez-González, & Andreo-Martínez, 2024) y el papel de los metabolitos en el autismo (Serrano-Tomás et al., 2025).


Harmon Northrop Morse, un químico estadounidense, es conocido por haber sintetizado el paracetamol por primera vez en 1877. Su trabajo ha tenido un impacto significativo en la medicina, proporcionando un analgésico (reductor del dolor) y antipirético (reductor de la fiebre) seguro y eficaz que se utiliza ampliamente en todo el mundo. El paracetamol es muy liposoluble, por lo que puede atravesar la barrera hematoencefálica y entrar en el cerebro con facilidad. Una vez dentro del cerebro, se une al sistema endocannabinoide. Los endocannabinoides son neurotransmisores que imitan la acción del tetrahidrocannabinol (THC), y ayudan a la disminución del dolor. Además, el paracetamol aumenta la liberación de serotonina en la corteza cerebral en un 75 % (Al-Kuraishy et al., 2025; Ruggieri et al. 2008). La serotonina es un neuromodulador que regula el estado de ánimo del ser humano, es la hormona de la felicidad, pero además participa en la regulación de las conductas alimentarias, el sueño, los ritmos circadianos, la atención, la conducta sexual y la generación de patrones motores rítmicos como la masticación, la locomoción o la respiración.
Hasta hoy día el paracetamol está en el listado de medicamentos esenciales que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde se listan todos los fármacos básicos necesarios en cualquier sistema de salud. El paracetamol utilizado durante el embarazo si es clínicamente necesario. Actualmente, no hay cambios en las recomendaciones médicas sobre su uso.
El último meta-análisis realizado incluyó siete estudios longitudinales y de cohorte prospectivo (Alemany et al., 2021) con un total de 132.738 niños con seguimiento entre el 1991 (Inglaterra) y el 2008 (Grecia y España). Los resultados indicaron que los niños expuestos al paracetamol antes del nacimiento tenían un riesgo del 19 % para tener TEA y un 21 % para tener TDAH. Sin embargo, a nivel postnatal no se encontró ninguna asociación entre la exposición posnatal al paracetamol y el TEA (OR = 0,99, IC del 95 %: 0,73-1,35). Madres con hijos que tenía TEA eran más jóvenes, con bajo nivel educativo, con consumo de alcohol y problemas mentales durante el embarazo. Estos hallazgos deben tomarse con cautela porque este estudio adolece de muchas limitaciones: 1) Los síntomas de TEA y TDAH se evaluaron mediante diferentes instrumentos en las cohortes. Sería importante examinar las propiedades psicométricas de los instrumentos utilizados; 2) Hay un sesgo “la confusión por indicación del fármaco”, las posibles indicaciones para el uso de paracetamol (fiebre o infecciones maternas durante el embarazo, enfermedades crónicas maternas y resfriados o infecciones infantiles en los primeros 18 meses de vida); 3) Sesgo de “la dosis y la frecuencia de uso” no se analizaron; 4) hay una confusión residual por “clase social”, es decir el estilo de vida saludable que está asociada al uso del paracetamol ; 5) aunque la información se recopiló de forma prospectiva, no podemos descartar el sesgo de información o la clasificación errónea de la exposición; y 5) no se realizaron estudios de casos-controles con hermanos.
En este sentido, Ahlqvist et al (2024) realizó un estudio de cohorte incluyendo control con hermanos, siendo el seguimiento hasta el 31 de diciembre de 2021 desde 1995 a 2.480.797 niños suecos.El riesgo de autismo infantil a los 10 años de edad es un 0,09 % mayor con el uso de paracetamol en comparación con el no uso de paracetamol. Uso ocasional del paracetamol durante el embarazo se asoció con un aumento marginal o casi nulo del riesgo de autismo (razón de riesgo HR: 1,05 [IC del 95 %, 1,02-1,08]. Por otro lado, no encontraron evidencia de que el uso de paracetamol durante el embarazo estuviera asociado con el autismo (HR: 0,98 [IC del 95 %, 0,93-1,04]. Sin embargo, llama la atención el aumento del riesgo de tener TEA si la madre tiene obesidad: HR:1.48 (1.41-1.57), si fuma durante el embarazo: HR: 1.26 (1.23-1.29) o toma antidepresivos en el embarazo: HR: 1.35 (1.30-1.41). Se concluye que el uso de paracetamol durante el embarazo no se asoció con el riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual en los niños en el análisis de control de hermanos. Sin embargo, en este estudio solo se registraba si el progenitor biológico había utilizado paracetamol, sin tener en cuenta la dosis, la duración o el momento de la administración. Es posible que los registros de dispensación de recetas no reflejen el uso de paracetamol sin receta.
Un estudio cohorte con análisis de control de hermanos realizado a 217.602 niños japoneses entre 2005 y 2022 (Okubo et al., 2025) asoció un riesgo similar al anterior estudio (HR: 1,06; IC del 95 %, 0,98-1,15). Sin embargo, al realizar comparaciones entre hermanos mostraron estimaciones puntuales en la dirección opuesta, es decir, de no riesgo (HR: 0,85; IC del 95 %, 0,64-1,13). Este estudio realiza un análisis de sesgo probabilístico para la clasificación errónea de la exposición al paracetamol y sugirió una sobreestimación debido al uso no registrado de paracetamol de venta libre, indicando un posible sesgo positivo en las asociaciones observadas.
La mayoría de los estudios concluyen que no se debe suprimir el paracetamol en mujeres embarazadas o niños, y que solo se debe utilizar cuando sea necesario.
Respecto a las dudas creadas por la intervención de las vacunas en la etiología del autismo, se quiere señalar que dos de los estudios más relevantes, que se han realizado en Dinamarca, aporta evidencia sobre la falta de base científica sobre esta influencia. En el primero de estos estudios participaron más de 500.000 niños, Madsen y colaboradores encontraron que el autismo era igual de frecuente en los vacunados y no vacunados. El segundo estudio, realizado por Hviid y colaboradores, se evaluó la relación entre la administración de la vacuna triple vírica y el desarrollo del autismo en más de 650.000 niños daneses nacidos entre 1999 y 2010. Tras un periodo de seguimiento de al menos 12 años se evidenció que la vacunación no aumentaba el riesgo de desarrollo del autismo.
"Hacia el bosque"
Para aclarar todas estas dudas sobre ciencia en el autismo y saber la perspectiva de las familias, los profesionales, etc. se ha creado un documental sobre el autismo titulado "Hacia el bosque", dirigido por Óscar Gagliardi, con guion del profesor Agustín Ernesto Martínez-González y música del grupo Amago. En este largometraje aparece el testimonio de familias, profesionales, científicos y personas con Trastorno del Espectro Autista. "Hacia el bosque" trata de aclarar muchas dudas a las familias y profesores: ¿Qué mundo sensorial hay detrás del autismo?; ¿Qué evidencia tienen los probióticos sobre el autismo?; ¿Qué desafío tiene un adolescente con autismo?, estas y muchas más preguntan tendrán su respuesta en este documental.
La idea es difundir este material de ayuda de forma gratuita. Este documental es sin duda una actividad cultural y divulgativa muy adecuada para fomentar la inclusión social en el autismo. “Con su visionado, y dado que es un documental con evidencia científica, tanto las familias como el alumnado y los futuros profesionales de la educación y la salud tendrán una visión más transversal y sobre todo mucho más experta sobre el autismo”, comenta el profesor Martínez-González.
El documental ha sido avalado por diversas asociaciones de autismo de España y financiado por la Universidad de Alicante (España)
Puede encontrar más información sobre el proyecto en este enlace y en el siguiente video:
Se hace un llamamiento a aquellas entidades que estén interesadas en utilizar el documental como material de sensibilización o como material para el desarrollo de actividades en los centros de trabajo. Se os podrá facilitar de forma gratuita el documental contactado con Agustín Ernesto Martínez González en el correo-e: agustin.emartinez@ua.es
Referencias
Ahlqvist, V. H., Sjöqvist, H., Dalman, C., Karlsson, H., Stephansson, O., Johansson, S., ... & Lee, B. K. (2024). Acetaminophen use during pregnancy and children’s risk of autism, ADHD, and intellectual disability. Jama, 331(14), 1205-1214.
Alemany, S., Avella-Garcia, C., Liew, Z., Garcia-Esteban, R., Inoue, K., Cadman, T., ... & Sunyer, J. (2021). Prenatal and postnatal exposure to acetaminophen in relation to autism spectrum and attention-deficit and hyperactivity symptoms in childhood: Meta-analysis in six European population-based cohorts. European Journal of Epidemiology, 36(10), 993-1004.
Al-Kuraishy, H. M., Al-Gareeb, A. I., Albuhadily, A. K., Abd El-maksoud, E. M., Shokr, M. M., Alexiou, A., ... & Batiha, G. E. S. (2025). Paracetamol: the potential therapeutic pathways defining its clinical use. Inflammopharmacology, 1-12.
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Andreo-Martínez, P., Rubio-Aparicio, M., Sánchez-Meca, J., Veas, A., & Martínez-González, A. E. (2022). A meta-analysis of gut microbiota in children with autism. Journal of autism and developmental disorders, 52(3), 1374-1387.
Climent-Pérez, P., Martínez-González, A. E., & Andreo-Martínez, P. (2024). Contributions of artificial intelligence to analysis of gut microbiota in autism spectrum disorder: a systematic review. Children, 11(8), 931.
Issac, A., Halemani, K., Shetty, A., Thimmappa, L., Vijay, V. R., Koni, K., ... & Kapoor, V. (2025). The global prevalence of autism spectrum disorder in children: a systematic review and meta-analysis. Osong Public Health and Research Perspectives, 16(1), 3.
Maenner, M. J. (2020). Prevalence of autism spectrum disorder among children aged 8 years—autism and developmental disabilities monitoring network, 11 sites, United States, 2016. MMWR. Surveillance summaries, 69.
Martínez Ron, A., & Pérez Mendoza, S. (2025). No, no hay pruebas de que el paracetamol sea la causa del autismo ni se cura con un medicamento: “Es una patochada”. lDiario.es, 22 de septiembre.
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Morales-Hidalgo, P., Roige-Castellvi, J., Hernandez-Martinez, C., Voltas, N., & Canals, J. (2018). Prevalence and characteristics of autism spectrum disorder among Spanish school-age children. Journal of autism and developmental disorders, 48(9), 3176-3190.
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Ruggieri, V., Vitale, G., Pini, L. A., & Sandrini, M. (2008). Differential involvement of opioidergic and serotonergic systems in the antinociceptive activity of N-arachidonoyl-phenolamine (AM404) in the rat: comparison with paracetamol. Naunyn-Schmiedeberg's archives of pharmacology, 377(3), 219-229.
Russell, G., Stapley, S., Newlove‐Delgado, T., Salmon, A., White, R., Warren, F., ... & Ford, T. (2022). Time trends in autism diagnosis over 20 years: a UK population‐based cohort study. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 63(6), 674-682.
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The Washington Post (2025). Trump administration set to tie Tylenol to autism risk, officials say. Consultado online
Vidal Liy, M. (2025). Trump vincula el paracetamol con el autismo, pese a que no hay evidencia científica. El País, 22 de septiembre.
Agustín Ernesto Martínez González


Neuropsicólogo y profesor titular en el departamento de psicología evolutiva y didáctica, el profesor Martínez-González trabaja desde una perspectiva holística, transversal y neuroeducativa del comportamiento y desarrollo humano.
Así, su centro de interés en la investigación se centra en analizar:
1: Los factores beneficiosos para la salud en los niños y adolescentes.
2: Los factores asociados a la conducta repetitiva en diversos trastornos mentales (Trastorno Obsesivo-Compulsivo o TOC y Trastorno del Espectro Autista o TEA).
Martínez-González es el creador de las apps basadas en la evidencia sobre el autismo: COREAT para medir la conducta repetitiva e INCE para analizar el eje intestino-cerebro. Además, es director del grupo de investigación GINTA y editor de la Revista DCN (Discapacidad, Clínica y Neurociencias).
‘No vamos a contar mentiras’
Todos los martes, a las 13:45 horas, Miguel A. Goberna, profesor emérito de Matemáticas de la UA, les propone un bulo científico que todos, o casi todos, hemos escuchado o leído en alguna ocasión en un medio de comunicación, en una red social o en un libro.
Son los profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alicante quienes refutarán esas falsedades. Y es que, como diría Goethe (pero nunca dijo): “¡Ciencia! ¡Más ciencia!”.





