El cortejo, el noviazgo y la boda
El Levante quiere que Calero sea el hombre del proyecto en Primera y el entrenador estaría encantado de seguir, pero las partes consideran que la negociación debería transcurrir en paralelo al devenir de la competición

LaLiga

Valencia
El consejero delegado del Levante Pepe Danvila adelantó el pasado 22 de octubre en SER Deportivos Valencia que ya había iniciado los contactos con el agente de Julián Calero para saber cómo enfocar las conversaciones que permitan diseñar un marco de negociación que desemboque en una futura renovación de su entrenador hasta junio de 2028.
Danvila llegó a hablar de una evaluación de cinco partidos que arrancó tras el paso del Real Madrid por Orriols y que serviría para detectar si el técnico le había cogido el pulso a una categoría en la que era debutante y fundamentalmente a una plantilla con doce caras nuevas.
Calero tenía que encontrar una identidad tras un inicio de temporada marcado por las lesiones y por la incorporación de futbolistas sobre la bocina del cierre de mercado estival. Etta Eyong y Unai Vencedor fueron directos al once inicial.
Ese examen se saldó con una victoria en Oviedo, dos empates en Getafe y Mallorca y dos derrotas como local ante el Rayo y el Celta, que tuvieron una incidencia de 5 puntos sobre 15 posibles en la clasificación, pero con la sensación de haber competido muy bien, aunque con la pena de no haber tenido acierto en la definición para cerrar algunos partidos que hubieran disparado al Levante en la tabla.
Esa evaluación al trabajo realizado por el entrenador y su cuerpo técnico fue positiva y Danvila ha dado el paso para iniciar ese cortejo que logré cautivar a Calero con un proyecto en Primera división.
Si me permiten el símil, como ocurre en cualquier relación de pareja, se ha formalizado el ‘noviazgo’. A partir de ahora, hay que alimentar diariamente esa vinculación, debe cimentarse sobre un grado de confianza absoluta y que les obligará a estar unidos para superar los baches que aparecerán a lo largo de la competición y con la voluntad de reforzar al equipo en el mercado de invierno.
Danvila fichó personalmente a Calero. Fue un amor a primera vista desde el palco de Orriols. El flechazo se produjo la noche en la que un Cartagena renacido desde las cenizas le pegaba un repaso descomunal a un Levante timorato y que dilapidó sus opciones de play off con Miñambres en el banquillo y con Carlos Álvarez, Kochorashvili, Andrés García, Brugui o Dela sobre el césped.
Calero fue su gran apuesta para embarcarse en este proyecto y conducirlo, en compañía del técnico de Parla, al éxito deportivo y hacia una viabilidad económica.
La ventaja de esta relación, es que hubo una fuerte conexión entre ambos desde su primer encuentro oficial y con la misma naturalidad con la que se dieron la mano, sin postureos y sin precipitaciones encontrarán el momento idóneo para decidir si esa vinculación se extenderá durante dos temporadas más o se dará por finalizada.
Todos estaríamos encantados de asistir a ese enlace con flores de mayo y violines porque sería la consecuencia de haber logrado la permanencia.
Si no se alcanzase ese objetivo, que tanto el club como el propio entrenador se han trazado, sería inviable desde lo emocional, desde lo deportivo y desde lo económico prolongar una relación que solo dejaría hipotecas innecesarias y que ni las quiere Calero, ni las pretende Danvila. Sigan dándole tiempo al amor.
Sigue toda la última hora en el canal de Whatsapp de Radio Valencia :haz clic aquí y suscríbete para recibir toda la información y la actualidad del día en tu móvil.

José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia




