Desvinculación de Corona del Valencia CF: la mejor decisión para las dos partes

Valencia

Antes de quedar más orillado si cabe, captando el mensaje indirecto que le enviaban Meriton y el club con sus ausencias en toma de decisiones, apariciones públicas, fotografías institucionales y de presentación/renovación de jugadores, Miguel Corona se ha abierto a sí mismo la puerta para abandonar Mestalla.

Como ayer informó la Cadena SER minutos después del comunicado nocturno -casi golfo- de "finalización de su relación contractual", Corona se marcha al Panathinaikos como máximo responsable de su parcela deportiva. El propio club griego ha confirmado en la mañana del viernes la información ofrecida por esta emisora. La nomenclatura oficial que le dan en Grecia es "Technical Director and Head of the Football Department". Allí, de momento, ya le va mejor que aquí. El Valencia ni le presentó ni hizo ningún tipo de rueda de prensa ni comparecencia pública cuando le ascendió a director deportivo. Tuvo que anunciarlo él mismo en una entrevista con el Diario AS.

Llegados a este punto, la salida acordada -resolución amistosa y de mutuo acuerdo, según la versión oficial del club- es la decisión más inteligente para ambas partes. El nivel de desgaste que había sufrido la figura de Corona era enorme. Le han penalizado errores en incoporaciones sin dinero (Caufriez, Ferro, Oliva, Aarons, Canós) y con más margen de inversión (Marcos André, Cenk). Sus aciertos (Lino, Kluivert, Hugo Duro o Barrenechea) han quedado difuminados por el paupérrimo momento deportivo del club en estos cinco años, en los que se ha metido de lleno en la lucha por evitar el descenso y solo ha vivido una alegría, la clasificación para la final de Copa en 2022.

Bajo su mandato, el Valencia ha vendido jugadores por valor de 231 millones de euros y apenas ha invertido 50. Siempre he pensado que, más incluso que los errores en incorporaciones arriba mencionados, le penalizó a nivel reputacional entre el entorno de Mestalla su conformismo público con esa situación, que ha llevado al equipo a la mediocridad más absoluta. Probablemente esa aceptación tenía que ver con la seguridad de saber que, si levantaba la voz, hubiera acabado en la puñetera calle.

Tengo la impresión que esta salida del Valencia, que el entorno del propio Corona explica como una decisión personal del ya ex director deportivo, es la mejor solución para ambas partes. No acababa de verle feeling con Corberán -sobre todo, después del 29 de mayo- ni encaje posible en la nueva estructura que pretende Gourlay.

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