Un estudio de la UPV afirma que València puede vivir en un verano permanente a finales de siglo

València

València avanza hacia veranos casi permanentes a finales de siglo por efecto del cambio climático. Un estudio de la Universitat Politècnica de València muestra un aumento en las olas de calor, que pasan a ser más frecuentes, más largas y más intensas. La investigación analiza el periodo desde 1979 hasta lo que se prevé en el año 2100 y concluye que el calor extremo deja de ser un episodio puntual y pasa a formar parte del clima habitual mediterráneo.

El trabajo confirma que la duración media de las olas de calor sube de menos de 10 a casi 25 días, y que la humedad incrementa el índice de calor y el riesgo sanitario en personas mayores, niños y colectivos vulnerables. Según el estudio, incluso en el escenario de emisiones más reducido, la ciudad registra más episodios extremos. En el escenario intermedio, València atravesará entre seis y ocho olas de calor cada verano, siendo algunas de más de un mes seguido, con sensaciones térmicas superiores a los 45 grados. Mientras que en el escenario de mayores emisiones, según explica la investigadora Ana Fernández, sitúa la temporada cálida entre abril y noviembre y alcanza los 300 días de calor extremo al año, por lo que el concepto tradicional de ola de calor dejaría de tener sentido.

Ante este contexto, el estudio marca como prioritarias medidas de adaptación urbanas y sanitarias, Fernández propone: más zonas verdes, materiales que reduzcan la acumulación de calor, creación de refugios climáticos y sistemas de alerta temprana para minimizar el impacto del calor extremo en la población.

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