Ni una ZBE en València muy restrictiva serviría para cumplir con los niveles de contaminación establecidos por la UE para 2030

València

Lo de la Zona de Bajas Emisiones no es un capricho para restringir la libertad de movimiento de los vehículos privados en la ciudad. Es una cuestión imprescindible para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire que respiramos.

Al menos si queremos cumplir con la normativa europea y València, recordamos, firmó un compromiso hace ya un lustro para que la ciudad sea climáticamente neutra en 2030, un compromiso, por cierto, que rubricaron todos los partidos excepto Vox. También el PP cuando estaba en la oposición.

Y como actualmente la mayor fuente de contaminación en las ciudades la provocan los vehículos, o hacemos algo para reducir el tráfico o nunca podremos decir que València es una ciudad más saludable, más sostenible, más próspera y más habitable para las personas.

450 muertes evitables al año por contaminación

Actualmente, según los últimos estudios de la Universitat Politècnica de València, el 40 por ciento de los barrios de València superan los valores máximos de contaminación permitidos por la normativa europea. Una normativa que será más restrictiva en 2030.

Para entonces, si no se toman medidas, prácticamente en toda la ciudad respiraremos aire contaminado. Y el asunto no es baladí porque València registra 450 muertes evitables al año por contaminación por dióxido de nitrógeno, según un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona.

Por eso, hay que actuar y hacerlo de manera inmediata. Y ni con las medidas más restrictivas que se plantean podremos llegar a cumplir.

Cuatro escenarios de ZBE

Es lo que asegura en declaraciones a la Cadena SER Edgar Lorenzo, profesor de la Universitat Politècnica de València e investigador del Instituto Ítaca. Han realizado varias simulaciones sobre cómo afectaría a la calidad del aire en València las propuestas que se están realizando sobre la Zona de Bajas Emisiones. Partiendo de los niveles actuales, cuánto se reducirían los principales contaminantes.

Se han estudiado cuatro escenarios. El primero, la propuesta del PP, que tumbó su socio de gobierno de Vox, que plantea restringir sólo el tráfico de los vehículos con etiqueta A a partir de 2028; el segundo, si a esta medida se le añade que haya que pagar por aparcar en toda la ciudad, como plantean por ejemplo en Barcelona; el tercero sería la propuesta del PP ampliada, adelantado también la prohibición para los coches con etiqueta B de fuera de la ciudad; y el cuarto, que sería la propuesta que hacían ayer Compromís y el PSPV, de comenzar la restricción de circulación el año que viene y reservar el 55 por ciento de las plazas de aparcamiento para residentes.

De los cuatro escenarios, el que más reduciría la contaminación sería el cuarto, al combinar varias medidas, sobre todo el tema del aparcamiento.

Ni aún así: Hacen falta más medidas

Y eso significa menos tiempo con el motor encendido y además menos tiempo circulando con marchas cortas, que es cuando más se contamina. Ahora bien, Edgar Lorenzo explica que ni en el mejor de los casos, ni apostando por este último escenario, se conseguirían alcanzar en todas las estaciones de medición los niveles de contaminación permitidos por la Unión Europea.

Por eso, a la Zona de Bajas Emisiones habría que sumar otras medias, como las peatonalizaciones y renaturalizaciones o el incremento del transporte público.

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