Irene Iborra, directora de 'Olivia y el terremoto invisible': "No quería hacer un largometraje, pero me atrapó esta historia de infancia y desahucios"
La directora alicantina nos ha cuenta que le atrae de la técnica del stop motion para crear películas de animación

Irene Iborra y 'Olivia y el terremoto invisible', en Hoy por Hoy Alicante
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Alicante
Irene Iborra (Alicante 1976) es una de las pocas directoras en España que utiliza la técnica del stop motion, que consiste en crear movimiento a partir de la manipulación de muñecos articulados, capturando fotograma a fotograma. Se trata de un proceso laborioso, ya que un animador puede producir solo cuatro segundos de animación al día, lo que requiere un equipo amplio y un tiempo considerable para completar un proyecto.
A pesar de la complejidad y el tiempo que demanda esta técnica, Irene se siente atraída por la libertad creativa que ofrece, permitiendo trabajar con diversos materiales como lana, arena y plastilina.
Su interés por el cine de animación surgió a partir de cortometrajes de Europa del Este, lo que la llevó a fundar su propia productora, Citoplasmas Stop motion Animation Studio.
Técnicas tradicionales y nuevas tecnologías
La película se basa en un libro de Maite Carranza, y aunque inicialmente no tenía la intención de realizar un largometraje, la historia le pareció tan necesaria que decidió embarcarse en este ambicioso proyecto. Irene reflexiona sobre por qué el stop motion es poco utilizado en España, señalando que se trata de una forma de artesanía cinematográfica que requiere más tiempo y recursos, lo que puede ser un obstáculo en un entorno donde la producción tiende a ser más acelerada.
A pesar de los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, Irene defiende la calidad y la textura que se pueden lograr con técnicas tradicionales, aunque reconoce que su equipo ha utilizado tecnología moderna en la postproducción para facilitar ciertos aspectos del trabajo.
La historia que cuenta la película aborda la crisis y la pobreza infantil de una manera que resulta accesible y comprensible para los niños, utilizando un enfoque optimista y tierno. Irene, quien también es madre, considera importante explicar a los niños la realidad del mundo de manera adecuada a su edad, sin ocultarles la complejidad de la vida.
La narrativa de la película busca reflejar la dualidad de la existencia, donde la luz y la oscuridad coexisten, lo que la convierte en un material sólido y relevante para el público.
La película, que se estrenó el 21 de noviembre tras pasar por varios festivales internacionales y tras su estreno en la Seminci de Valladolid, se puede ver en los cines Ana de Alicante.

Carlos Arcaya
Licenciado en Ciencias de la Información por la EHU-UPV. Redactor de Radio Alicante desde 1992, antes...




