Arquitectura que sana

Valencia

El Laboratorio de Neuroarquitectura de la Universitat Politècnica de València en colaboración con el Vicerrectorado de Empleo, Formación Permanente y Lenguas, celebra hasta diciembre el curso “Neuroarquitectura: introducción a la emoción, la cognición y la salud en los espacios arquitectónicos” dirigido a diseñadores, arquitectos, urbanistas y profesionales de la salud.

Un curso, pionero en España que se imparte hasta el 19 de diciembre. Ofrece una visión científica y aplicada sobre cómo los espacios influyen en las emociones, la cognición y el bienestar de las personas.

Recordando los tiempos del coronavirus, a raíz de algo tan impactante en nuestras vidas, fue un hecho descubrir, una vez confinados, lo importante que era disponer de una terraza, un balcón, algo verde que contemplar.

En el programa, dos especialistas en esta materia: Carmen Llinares, catedrática y directora del Laboratorio de Neuroarquitectura de la Universitat Politècnica de València, y Susana Iñarra, doctora también en esta materia y que forma parte del Laboratorio explicaron "como el curso ofrece una visión científica y aplicada sobre cómo los espacios influyen en las emociones, la cognición y el bienestar de las personas".

Tal y como explicó Carmen Llinares "la neuroarquitectura se define como la aplicación de la neurociencia a la arquitectura, analizando la respuesta humana a los espacios urbanos y arquitectónicos mediante herramientas neurocientíficas".

"Se recopila información sobre la actividad cardíaca, cerebral y otros indicadores fisiológicos de los individuos en diferentes entornos, lo que permite entender su estado cognitivo y emocional". El objetivo es diseñar espacios que optimicen el bienestar de las personas. Susana Iñarra recuerda que Valencia fue sede del primer congreso internacional de neuroarquitectura, lo que permitió a los investigadores "compartir sus hallazgos y colaborar con otros equipos".

El curso ofrece una perspectiva científica sobre cómo los espacios influyen en las emociones y el bienestar

Con ejemplos concretos de proyectos en los que han trabajado, estas dos especialistas en neuroarquitectura explican "como la creación de salas de espera en hospitales incorporan elementos de estimulación multisensorial para reducir el estrés de los padres que acompañan a sus hijos". En este caso, se utilizaron elementos visuales, olfativos y auditivos para crear un ambiente más relajante. Otro ejemplo mencionado fue un proyecto en un colegio, donde se buscó mejorar el patio escolar mediante la integración de la naturaleza. Se introdujeron árboles y plantas aromáticas, y se reemplazaron los juegos sintéticos por estructuras de madera natural. Este enfoque, explica Iñarra, no solo buscaba embellecer el espacio, sino también fomentar un aprendizaje al aire libre y una conexión más profunda con la naturaleza.

Cómo se mide la efectividad de los diseños

Carmen Llinares explica que en neuroarquitectura se utilizan diversas herramientas de medición, "como electroencefalogramas para evaluar la actividad cerebral, electrocardiogramas para la actividad cardíaca y dispositivos que miden la sudoración y la fijación ocular". "Además, se complementan estas mediciones con observaciones y cuestionarios para obtener una visión más completa de la respuesta de los usuarios a los espacios diseñados".

La implementación de la neuroarquitectura en la práctica arquitectónica

Su aplicación es aún limitada, aunque cada vez más arquitectos están interesados en aplicar estos conocimientos. Las especialistas señalaron que existe un cierto desconocimiento sobre esta disciplina, lo que dificulta su adopción generalizada. Sin embargo, el interés por la neuroarquitectura está creciendo, y muchos profesionales buscan integrar estas herramientas en su trabajo diario.