Lola Abascal: "Un club de lectura supone meter una cuña de cultura en la vida social y suspenderlos ataca al alma de la biblioteca"
La Asociación Amigos de la Biblioteca Azorín critica que Conselleria también haya decretado el cierre por las tardes de la biblioteca sin motivo ni fecha de reapertura

ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN NAVARRO Y A LOLA ABASCAL, EN HOY POR HOY ALICANTE, SOBRE EL CIERRE DE CLUBS DE LECTURA
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Alicante
Nueva vuelca de tuerca para la Biblioteca Pública Azorín de Alicante.
No es que la rehabilitación del inmueble frente a la playa del Postiguet, pese al paso inicial dado ya por Ayuntamiento, Ministerio y Conselleria hace unas semanas, vaya a tardar en arrancar. Ni que esta reforma lleve 17 años durmiendo el sueño de los justos y ocho de ellos redactado el proyecto y con consignación presupuestaria sin ejecutarse.
Ahora, su devaluación da un paso más, al cerrar todos sus clubs de lectura, y decretando además la Conselleria, sin motivo ni plazo, el cierre de todas las salas por las tardes.
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Es algo que la Asociación Amigos de la Biblioteca Azorín, que lleva en su ADN la defensa de esta sede cultural, achaca a la falta de personal y al desentendimiento por parte del Ayuntamiento, y así lo ha puesto de manifiesto en Hoy por Hoy Alicante.
El presidente de la asociación, José Ramón Navarro Vera, sostiene que "el club de lectura es el alma de una biblioteca" y que es inconcebible que se decida el cierre por las tardes y la suspensión de todos los clubs, incluidos los infantiles "hasta nuevo aviso".
Recuerdan como el ministro Urtasun felicitó a la asociación hace unos días, tras un acto en Alicante, por su reivindicación, pero ahora se topan con este nuevo jarro de agua fría. Y opinan que el ayuntamiento debería estar interesado en resolver este problema, que no deja de ser equipamiento urbano para la ciudad. "El palacio del pueblo está lejos de esta imagen, aunque nosotros sigamos luchando por ello", lamenta el catedrático.
En un club todo el mundo opina y valora
Por su parte, Lola Abascal, la coordinadora del Club de Lectura de Novela de Clásicos Contemporáneos de la Literatura Universal, cree que un club supone "meter una cuña de cultura en la vida social", y destaca la gran función social que suponen todos ellos: tanto para fomentar una cultura participativa, como para desarrollar competencias lectoras y argumentativas y debates respetuosos. "Hasta yo me pongo a veces vehemente, pero es una educación para la democracia", apunta Abascal.
Y es que la dinámica de estos clubs, que se reúnen una vez al mes para analizar una obra, es que "todo el mundo habla, opina y valora".
Lo bueno es que extienden la literatura a nuevos públicos, y esto abarca a mucha gente, y desarrolla la capacidad de aprender a leer mejor. Prueba de ello es que la gente, más de una treintena de participantes en el suyo, "acabada la sesión, manifiesta un gran nivel de satisfacción y por eso los clubs han proliferado tanto". Hay mil en toda Castilla la Mancha y es una actividad que se ha extendido, añade.
Abascal procura que haya distintos criterios y contextos a la hora de seleccionar las lecturas. El último, "La plaza del diamante", de Mercé Rodoreda. "Cuando lo estábamos leyendo, nos han mandado a casa", se queja, ya que no han podido celebrar la sesión de diciembre.




